Romance de segunda oportunidad
Allí estaba su nombre, Jenny Harrison, como ponente en el Simposio de Economía Corporativa, once años sin verla y no pudo evitar el estremecimiento de la profunda tristeza que le carcomía el alma. Aquella última discusión en su oficina nunca se había marchado de su memoria, a pesar de la sucesión de éxitos que alcanzó después de ese día. Jamás esperó que ella reaccionara de esa forma cuando le comentó que lo había contratado una empresa extranjera a la que envió su currículo dos meses atrás.
—No puede ser, ripostó Jenny con encono. ¿Piensas marcharte solo, y nuestros planes de una vida juntos? ¿Qué significo yo entonces para ti, por qué no me dijiste nada para yo también mandar mis documentos? No eres más que un egoísta sin sentimientos, Dennis Baker.
Ninguna de sus explicaciones logró convencerla de que no lo hizo con malas intenciones y desde esa noche ella desapareció; todos sus esfuerzos por contactarla fueron en vano. Ahora sería inevitable el encuentro y solo una desolada incertidumbre abrazaba a su corazón. Debía, sin embargo, dejar de lado sus penas y mostrarse seguro; él era el conferencista principal del Simposio y todo el mundo empresarial estaba a la expectativa de lo que debía referir sobre su efervescente éxito.
Entrevista a Dennis / F
Apenas entró al salón, el día de la inauguración del evento, la miró de frente. Ambos se escudriñaron con nostálgica profundidad por breves segundos. Los años le han acentuado la belleza y refleja una entereza especial, pensó Dennis. Parece que lo asedia una tristeza incómoda, se dijo Jenny, pero debajo de esa apariencia debe seguir intacto el mismo egocéntrico desprejuiciado de antes. Él quiso acercarse a saludarla, pero dos periodistas lo detuvieron para hacerle una entrevista que se publicaría esa misma tarde.
Esa noche, Jenny se sorprendió, al primer momento, leyendo las declaraciones de Dennis a la prensa. Cuando le preguntaron sobre algunos detalles de su conferencia, respondió que su disertación solo contenía ciertas misceláneas sobre el éxito empresarial que podrían encontrarse en cualquier texto de autoayuda. La ponencia más interesante en este Simposio, aseguró, es la de Jenny Harrison, esa sí es una mujer que conoce el mundo de las finanzas como nadie. No lo podía creer, pretendía seguramente mofarse de ella. En cualquier momento sonaría el teléfono de la habitación y escucharía su voz jactanciosa: ¿Ya leíste lo que dije de ti? Te coloqué en la palestra, por encima de mí, para que veas que no te guardo rencor… Sin embargo, nada pasó, ni una palabra al respecto provino de Dennis.
Al otro día, después de varios minutos en el estrado exponiendo su conferencia, Jenny de repente titubeó un poco cuando vio que Dennis entró al salón, casi de manera sigilosa, y se acomodó en los últimos asientos. Debo estar preparada, pensó, al final seguramente intervendrá con sus preguntas malintencionadas. No obstante, apenas ella terminó y se dispuso a contestar las inquietudes del público, lo observó saliendo con la misma discreción con que había entrado. Se sintió desorientada, el comportamiento de su antiguo novio echaba por tierra sus elucubraciones y no sabía a qué atenerse.
En cuanto se desocupó, fue a buscarlo. Lo encontró, evitando ser el centro de atención, en un apartado rincón de la cafetería. Cómo estás, Dennis Baker, le dijo mientras le estrechaba la mano y se sentaba, vengo a darte las gracias por esas declaraciones que convirtieron mi ponencia en un gran éxito. Él le respondió con un "hola" que pretendía continuar con un estás más bella que nunca, te tengo presente en mis recuerdos todo el tiempo y jamás he dejado de amarte, pero de su voz apenas emergió un apagado, "te lo mereces por lo que has logrado" y la miró desde el abatimiento de un corazón cansado de esperar.
—¿Hacia dónde va tu carrera ahora, -preguntó Jenny- qué es eso que no has logrado aún que te tiene tan preocupado?
—Ningún éxito vale la pena -respondió él- cuando lo que más amamos se marcha por culpa de nuestras ambiciones; porque la ciega pasión del triunfo nos hace cometer los más egoístas actos. Hoy soy capaz de dejarlo todo con tal de que me perdonen.
—¿Estás hablando de nosotros o te volvió a ocurrir lo mismo con otra mujer?
—No ha existido más nadie en mi vida, el amor por ti continúa intacto en mi alma y no sé si es posible que tú vuelvas a quererme; confesó, al fin, Dennis con la voz quebrada por la emoción.
—Yo pensé que te había expulsado de mi existencia, pero en cuanto te vi aquí, supe que no era así; además, continuó Jenny, mientras sacaba una fotografía de su bolso, siempre te observo en este niño que nació hace diez años y es idéntico a ti.
Invito a los amigos:
@jyoti-thelight,
@anasuleidy y
@norat23
Steemit Challenge S26-w5 : Second chance romance
Dear @cruzamilcar63, here is the detailed assessment of your submission:
Great job, you kept me spell bound till the end.
Nice twists and turns which made your story close to perfect.
Le agradezco su apreciación y me agrada que le haya parecido bien el relato. Saludos.
Mi estimado poeta, esta historia me hizo recordar a una antigua telenovela. Bueno, eso es lo que determina el promt. Buen trabajo. Saludos cordiales.
Sí, me sumergí en los melodramas de Corín Tellado, porque los textos con pretensiones muy literarias no me están dando ningún resultado... Gracias por sus palabras, amigo. Saludos.
Your story is very good, and I truly appreciate it. The ending is very emotional, and it gives a beautiful start to the second chance at romance
Muchas gracias por su atenta lectura. Me complace que le haya gustado. Un gran saludo.
You are welcome. I invite you to take a look at mine and leave a comment.
I enjoyed your story very much. Thank you. The ending was deeply moving. It set up a lovely new start for the romance.
Muchas gracias por acercarse para una lectura y dejar un amable comentario. Saludos.
Excelente historia, no deja nada para descubrir, has hilado también que en cada parte enganchas con las expectativas de Jenny hasta que al final Dennis revela sus sentimientos y Jenny saca de su bolso la fotografía de su hijo fruto de su relación con la que cierras con broche de oro. Seguimos con la novela subyacente en nuestra conciencia venezolana, por algo han sido recurrentes triunfos en el mundo.
Gracias por compartir, espero que esta vez no te toque o me toque la cruel ruleta rusa del desempate en este desafío.
Te deseo mucho éxito..!
Hola, amigo, gracias por la profunda lectura y por sus amables palabras. Por lo visto nos tocó el sometimiento a la ruleta, tal como lo temía. En esta oportunidad la suerte me favoreció y agradezco al azar su beneficio, pero no dejo de pensar en que alguien como usted, que realizó un estupendo trabajo, quede fuera del top. Saludos