Un día de nunca rendirse ¡Falta poco!
Nunca había considerado con tanta seriedad la palabra "rendirse" como lo he hecho en estos últimos nueve años y en la actualidad.
Antes, solía practicar deporte y formé parte de un equipo de voleibol y otro de kickingball. Era muy activa e incluso iba al gimnasio con regularidad.
En cada partido, junto con mi equipo, hablábamos de no rendirnos, incluso cuando el otro equipo tomaba una gran ventaja en el marcador. Para ese entonces, esa palabra representaba más que un simple concepto; era una actitud de perseverancia: no rendirse hasta ganar el partido. Luego, seguí manteniendo esas prácticas, pero no en modo de supervivencia, que es a lo que me referiré a continuación.
Después de llevar una vida muy activa y saludable, a los 31 años me enfrenté a un primer síntoma: estaba perdiendo fuerza en los brazos, de modo que no podía levantarlos por encima de la cabeza. Además, si necesitaba inclinarme para tocar el suelo, no lograba volver a la postura inicial sin dificultad.
Al principio, pensé que solo necesitaba hacer más ejercicio, ya que semanas antes había tomado un pequeño descanso. Entonces, comencé a ir al gimnasio, pero pronto me di cuenta de que me resultaba muy difícil cumplir con los ejercicios. Parecía como si mis músculos se resistieran, imposibilitándome realizar los movimientos correctamente.
De repente, tropezaba y caía. Para mí, eso era incomprensible; sin embargo, las personas que me observaban y conversaban entre ellas, hacían comparaciones que llegué a escuchar. Una de las frases fue: "¡Tan joven y no puede hacer ningún ejercicio!". Esa y otras expresiones se quedaron resonando en mis pensamientos.
Conforme pasaron los días, la debilidad se fue generalizando, afectando mis miembros inferiores y superiores cercanos al tronco. Por insistencia de mi mamá, acudí al médico, me realizaron algunos estudios y el diagnóstico inicial fue "miopatía". No parecía algo muy complejo, solo una pequeña inflamación muscular que debía ser tratada y monitoreada.
Para mí, ese momento representó el inicio de vivir el verdadero significado de la palabra "no rendirse".
El primer tratamiento duró tres meses, con la esperanza de que recuperara la fuerza. Sin embargo, al finalizar ese período, no hubo ninguna mejora, sino todo lo contrario: poco a poco, se me dificultaba más caminar.
Así pasaron los años, entre diagnósticos erróneos y tratamientos equivocados. Además, tuve dos meses de fisioterapia en la que todos los ejercicios eran asistidos por completo, lo que provocó que mis músculos se fueran debilitando aún más. El punto era que debía recibir fisioterapia, pero también era necesario que hiciera un esfuerzo por cumplir con los ejercicios por mi cuenta.
Tres años en tratamiento con esteroides, solo gané peso y más debilidad
Luego de esos dos meses, consulté a otro especialista, quien también me indicó fisioterapia. Pero parecía que aún no había encontrado a un verdadero profesional con ética y sensibilidad humana.
Decidí volver a recibir terapia física, pero esta profesional no estimulaba mis músculos para una recuperación rápida; simplemente hacía masajes para aliviar algún dolor. Sentí dudas, y le pregunté. Ella afirmó que su trabajo era reconocido y que había logrado que muchos pacientes caminaran sin ayuda.
A todo esto, ella dejó de atenderme alegando que no tenía tiempo, a pesar de que las sesiones estaban debidamente pagadas.
En total, he sido atendida por más de diez especialistas. Aunque en algunos momentos me sentí frustrada y triste, sabía que rendirme no era una opción.
Porque, a pesar de todo lo sucedido, en lo más profundo de mí mantenía la convicción de que lograré mi propósito, de la mano de Dios. Sé que su victoria está ganada y su milagro ya están hechos: ¡mi recuperación!
Durante estos años, he aprendido que un silencio no significa resignación, y que no sonreír constantemente de manera explosiva, no quiere decir que me sienta devastada.
He aprendido a ser objetiva, muy observadora, a callar muchas veces porque era necesario tomarme un tiempo para pensar, a mantener una actitud neutral en mis opiniones, a innovar y ser más creativa, a superar niveles de paciencia con sus distintas variables, a secarme las lágrimas, cantar a todo pulmón y seguir adelante. También he aprendido a viajar a través de mis novelas y a agradecer diariamente por tener la oportunidad de llevarme la comida a la boca, de tener un lugar donde dormir, de tener en mi vida personas especiales que suman en mi proceso y un corazoncito lleno de amor bonito, junto a mi pandita que con sus ocurrencias también me alegran mi existencia.
He descubierto la importancia de dar palabras de motivación y, aunque no me gusta usar esa frase, y que me la han dicho en innumerables ocasiones: ¡Eres una guerrera admirable! En lo personal soy yo quien admira a esos valientes seres excepcionales.
La vida me ha enseñado muchas opciones para fortalecer mi resiliencia, y entre ellas, no existe la llamada "rendirse".
Un día más de vida es una oportunidad para hacer grandes diferencias, esas que te impulsan a seguir, que llenan tu corazón de emociones, aceleran tu pulso y te hacen sentir vivo.
¡Un día de nunca rendirse! Desde entonces, esta idea se ajusta perfectamente a mi día a día.
Estoy agradecida por esta maravillosa iniciativa de mi querida @inspiracion
Me gustaría invitar a participar a mis queridas y apreciadas @aplausos, @blessedlife y @sariana23
Todas las fotos fueron tomadas con mi celular Samsung galaxy A31
La vida nos enfrenta a situaciones inesperadas, impredecibles, donde mantener la fe es fundamental. Dios es quien verdaderamente sabe por qué pasan las cosas.
Yo tampoco sabía que existía un día oficial de no rendirse, y a la vez quizás sea todos los días porque no nos queda más alternativa que seguir adelante, ese es el plan de cada día.
No sé si aún tienes un diagnóstico claro, amiga, espero que ahora estés bien orientada por el personal de salud que te rodee y que estén guiados por Dios para tu recuperación en su tiempo que es perfecto.
Un gran abrazo. Bendiciones
0.00 SBD,
5.72 STEEM,
5.72 SP
Muchísimas gracias mi querida amiga por tu lectura, comentario y apoyo! Hoy por hoy recibo terapia física, gracias a Dios paso a pasito pero seguros 🙏🏻🙏🏻🙏🏻 han sido muchísimos años, y yo sigo firme confiando ahora en este proceso. Te envío un gran abrazo de vuelta 😊
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Hola mi querida amiga, un placer pasar por tu escrito y valorar más a las personas que como tú nunca se rinden.
Existe una gran diversidad de problemas y situaciones de salud que, cuando no se está dispuesto a luchar, insistir y nunca desistir, se consiguen con fracasos y problemas mayores.
Es por lo anterior que nunca debemos rendirnos sin importar qué. Vivir un día a la vez y rodearnos de esas personas que suman y no restan a nuestras vidas.
Un fuerte abrazo lleno de bendiciones.
Así es amiga! Y sabes qué? Prefiero mil veces saber con certeza lo que se padece y luchar en función de...a no saber y luchar en contra de la corriente. Expreso lo siguiente porque he conocido personas que prefieren no tener esa información y trabajar en sí mismos, pero descuidan detalles así que en vez de mejorar, terminan acelerando su problema.
Siempre es bueno tener eso presente y conforme a los conocimientos, recomendaciones se hace la combinación perfecta en pro a la mejora.
¡Un día de no rendirse!
Muchas gracias por tu apoyo, te envío un abrazo fuerte de vuelta ☺️
Hola @lucymavarez.
Tu publicación hace reflexionarse y mirarse acerca de lo aguerrido que debemos ser ante las dificultades y las luchas que mantenemos diariamente. Sigue hacia adelante con optimismo y paciencia, no hay que estancarse y de seguro que Dios te trae cosas muy buenas.
Yo peleo todos los días con la tentación de comer dulces, no debo hacerlo porque soy diabético, incluso todos los días antes de dormir debo inyectarme insulina, lo cual para mi es un gran reto, aparte de que no me gustan mucho las inyecciones, sufrí de un cólico nefrítico y ese dolor que sentía, según me dicen los doctores, se asemeja a un dolor de parto. Aquí estoy, a pesar de las adversidades, sigo hacia adelante con el mayor optimismo posible.
Un gran saludo! .
Muchas veces parece complicado no rendirse, si miramos hacia adelante podemos sentir que es muy difícil si no hay cambios. En situaciones así recordar que vivimos solo un día a la vez puede ser de gran ayuda, para en ese día hacer los mejores esfuerzos. Un día a la vez.
Celebro que continuas adelante con fe en estar mejor, eso es muy importante. Gracias por compartir tu experiencia que es inspiradora. Bendiciones.
Un fuerte abrazo mi querida amiga! Has dicho bien, vivir un día a la vez y con metas será de gran ayuda. Existen razones a la que llamamos distracciones que están allí, sin esfuerzo son usados como excusas cuando permitimos tener un auto sabotaje, es entonces por lo que debemos estar conscientes de lo que significa y cuál es su objetivo...pero ante eso, en posición de combate y comernos el mundo "como solía decir mi mamá" muchas gracias por tu apoyo y comentario.
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