Ahora son nueve ya que Harry, el líder de la embarcación, había desaparecido al igual que uno de los botes. Esa mañana fue muy fría y con poca visibilidad a causa de la densa neblina.

Un motín estuvo a punto de desatarse en la embarcación encallada. Harry no sólo era apreciado sino también respetado por la tripulación. Mike y George eran sus hermanos y trabajaban en cubierta. Mientras que Erik, William, Jack y Andrew estaban encargados del cuarto de máquina. Daniel era el segundo al mando; Bryan era el técnico de comunicaciones y Austin su auxiliar.

El caos era inminente, sin embargo Daniel logró calmar los ánimos. Ordenó a Mike, Erik, William y Andrew a salir en el único bote que le quedaba al carguero averiado para ir a la pequeña isla para buscar a Harry.

También, ordenó a Bryan y Austin que reparan los equipos de comunicación y navegación pues eran indispensables para pedir ayuda o para zarpar.

Mientras que él, Jack y George verificarían los daños de la embarcación y de ser posible las repararían.

El pequeño bote con sus cuatro tripulantes navegaron rumbo a tierra firme. Andrew y Erick iban con caras de pocos amigos pero fue William quien rompió el silencio.

“Dónde estará Harry”, pronunció, mirando a Mike.

“No lo sé. Espero que lo encontremos pronto y que salgamos de esta isla lo antes posible”, respondió Mike mientras remaba.

En el carguero, Daniel, Jack y George revisaban minuciosamente el casco de la embarcación y la hélice. Salvo algunas hendiduras reparables el carguero no parecía tener daños mayores.

Entre tanto, Bryan y Austin no lograban hacer funcionar ni la radio ni el radar.

La tripulación en búsqueda de Harry había llegado a la isla que parecía desierta. Se dividieron en grupo de dos para avanzar más rápido. Mike y Andrew fueron hacia la izquierda, entre tanto William y Erick fueron hacia la derecha. Ambos grupos caminaron por el perímetro de la isla. Se encontraron en una media hora del lado opuesto donde habían dejado el bote. Cuando se vieron en ese punto, Erick hizo un gesto de negación con su cabeza que Mike y Andrew también repitieron.

Siguieron caminando por la arena que era muy gruesa; el sol en el horizonte apenas se veía pues la neblina no se había despejado. En la siguiente media hora se reencontraron en el bote sin ninguna novedad. Mike asumió el liderazgo del rescate fallido y decidió no buscar más. Bajaron unos cocos de las matas que estaban cercanas y regresaron al carguero.

Otra vez los nueve en el carguero ofrecieron sus novedades mientras abrían los cocos y bebían sus aguas.

"Harry no fue hallado", dijo Mike, su hermano, a toda la tripulación.

"Los motores fueron encendidos y el casco fue reparado", notificó Daniel.

Por su parte, Bryan informó que no lograron hacer funcionar ni la radio ni el radar.

“¿Qué hacemos? ¿Vamos todos a la isla, de nuevo, para buscar a Harry? Nadie desaparece sin dejar rastro”, dijo William en un tono de voz poco amigable.

Los ánimos, nuevamente, empezaron a caldearse pero Mike tomó la palabra para decir:

“Creo que si los motores funcionan debemos irnos. La isla es pequeña y ya la exploramos, y Harry no está. Propongo irnos y que George tome el mando de la embarcación. Él conoce mejor que nadie las estrellas y ellas nos guiarán a puerto seguro.”

Hubo silencio.

Daniel, el segundo al mando, se sintió incómodo. Él sabía que George era mejor capitán que Harry pero pensó que le respetarían su jerarquía. Miró a sus compañeros de infortunio esperando que lo apoyaran pero no fue así.

Austin logró balbucear que si no había radar tendrían que confiar en las destrezas de George.

Erick, William, Andrew, Jack y Bryan quedaron perplejos de la propuesta de Mike pero ninguno propuso a Daniel para que asumiera el liderazgo de la embarcación.

George miró a su hermano Mike y dijo:

“Es hora de partir. Daniel estarás a mi lado y seguirás siendo segundo al mando. Jack, William, Erick y Andrew irán al cuarto de máquina. Mike y Austin se quedarán en cubierta. Bryan, por favor sigue intentando reparar la radio.”

“Lo que nos quede de vida será para llegar a nuestros hogares. Todos a sus puestos a trabajar.”

Se levó el ancla y el carguero se internó en la neblina. George estaba seguro de su rumbo y lo marcó en la carta de navegación. Cuando terminó de escribir en la bitácora dejó encargado a Daniel para ir a conversar con su hermano Mike.

George y Mike caminaron hacia la popa.

“Todo estará mejor” dijo Mike. “Sin él, al fin, podremos regresar a casa.”

“Todavía pienso que no era necesario matarlo” dijo entre diente George.

“Indudablemente, él era el líder y todos lo iban a seguir aunque estuviese perdido y equivocado. Harry era muy egoísta y esa era la única manera de que te aceptaran. Siempre fuiste mejor marinero que él”, dijo Mike con voz serena.

La brisa era suave y fría. La oscuridad de la noche aparecía y las estrellas en el cielo brillaban intensamente. George metió su mano en el bolsillo de su desgastado pantalón extrayendo un crucifijo que era de Harry y lo echó al agua.

“Vamos a casa” dijo George mientras posaba su brazo en el hombro de su hermano y lo invitaba a caminar hacia la proa.

Para este desafío invito a @evagavilan, @lucymavarez y @luisito01 para participar en: Wordsmiths Fiction Week 1: The Disappeared Leader : Steemit Challenge Season 24.

Muchas gracias por leerme y bienvenidos sus comentarios.

¡Saludos infinitos!

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