Cuando el amor se vuelve sobreprotección
Ser madre o padre de un niño con discapacidad es una de las experiencias más intensas de la vida. Amamos tanto a nuestros hijos que, sin siquiera darnos cuenta, a menudo los sobreprotegemos. Queremos evitarles caídas, frustraciones, miradas injustas o momentos dolorosos… pero a veces, al intentar protegerlos, terminamos cortándoles las alas 🕊️.
Seré honesta: no es fácil. Como madres (y también como padres), tenemos miedo. Miedo a que sufran, a que no sean aceptados, a que el mundo sea demasiado duro con ellos. Y ese miedo nos empuja a poner un “colchón” bajo cada paso, a resolverles las cosas, a tomar decisiones por ellos. Pero… ¿qué mensaje les estamos enviando cuando hacemos eso? Sin querer, les estamos diciendo que no creemos que puedan hacerlo por sí mismos.
Duele admitirlo, porque en el fondo sabemos que la discapacidad no los define. Ellos no son su condición. Nuestros hijos son mucho más: fuerza, sueños, alegría, talentos, energía… y necesitan que nosotros seamos los primeros en creer en ellos 🦋.
Debemos empezar a soltar, poco a poco 🌟
No se trata de dejarlos solos de golpe, sino de dar pequeños pasos que les ayuden a ganar confianza e independencia. Afortunadamente, tengo a alguien en mi vida que, aunque no es su hijo biológico, lo ama como si lo fuera y me ha dado algunos consejos (te quiero, Chan) que me han ayudado (y quizás también te ayuden a ti):
Respira antes de decir “no puedes”: a veces nuestro “no” nace más de nuestro miedo que de sus límites reales.
Permíteles intentarlo: aunque no sea perfecto, cada intento les da herramientas.
Sé un acompañante, no un piloto: camina a su lado, pero deja que ellos marquen el ritmo.
Celebra cada paso: por pequeño que sea, sigue siendo progreso.
Trabaja en tus propios miedos: porque el verdadero desafío no es solo lo que ellos logran, sino lo que nosotros, como padres, aprendemos a soltar.
Haré una reflexión sincera 🌈 Amar verdaderamente a nuestros hijos no significa mantenerlos bajo nuestras alas para siempre, sino enseñarles a volar, sabiendo que, si caen, estaremos ahí para ayudarles a levantarse. Ellos necesitan nuestra confianza tanto como nuestro cuidado. Y debemos aprender a controlar todos nuestros miedos, porque es la única manera de no limitarlos.
👉 ¿Tú también sientes ese miedo a veces? Me encantaría leer tus pensamientos en los comentarios. Si este post tocó tu corazón, déjame un “me gusta”, comparte tu experiencia o tal vez incluso un consejo que te haya funcionado a ti.
🙏 Gracias por leer hasta el final, por tu tiempo y por ser parte de esta comunidad de padres que están aprendiendo, poco a poco, a soltar y a confiar un poco más cada día.