Segundo Día.
Creí haberte visto pasar en un par de ocasiones, subí la mirada 3 o 4 veces en cada una de esas ocasiones a ver si eras tú, uno nunca sabe, con lo demente que estas mi vida… pero no, no estabas, te busque con la mirada hacia el callejón que se ve desde mi puesto de trabajo hasta por donde te vi venir muchas veces, esa sonrisa espontánea que salía de mi al verte, la necesito de vuelta mi hermosa!
Llegue nuevamente a casa y de lejos vi que la luz estaba apagada, supe nuevamente que mi amor no está junto a mí, como anhelo ese “hola cerdo” tú en el mueble esperando y yo todo estresado con calor directo a la ducha luego de darte tu besito, no dejo de llorar, Te amo con todo mi ser, jamás me había sentido tan enamorado como me siento hoy, ese dicho tiene completa razón “nadie sabe lo que tiene, hasta que lo pierde” en mi caso no lo supe hasta que te fuiste a Venezuela, odio cada una de mis malas contestas y necedades por tonterías, debí aprovecharte al máximo y no soltarte en ninguno de los días que estuvimos juntos acá.
Por cierto primera lluvia que veo en Guayaquil, desde hace mes y dos semanas que tengo acá, el cielo también está triste y llora al saber que te fuiste mi vida.
Otro día menos mi cerda, TE AMO CON TODO MI SER! Buenas noches mi consentida, descansa…
Te extraño!
Acá un cerdo enamorado...
La verdad es que es muy desgadarrodor tu relato. Es pura ficción o biográfico?
Es biógrafo amigo, lo estoy viviendo... gracias por su comentario!