La música es importante en la vida de todo ser humano. Por eso, desde los primeros días de existencia de un bebé, incluso desde que están en los vientres de sus madres, son estimulados con música. Así lo refrenda la ciencia:

La música proporciona estímulos que ayudan a aumentar el desarrollo cognitivo y emocional, incluso desde el vientre.
Este estímulo quedará fijado en la memoria del niño creando un fuerte vínculo de tranquilidad y seguridad entre la madre y el bebé.

Con base en lo anterior, es válido afirmar que la música es un medio a partir del cual se desarrolla el pensamiento y las emociones. No en vano cuando escuchamos las letras de algunas canciones es inevitable pensar en alguien o en algún momento vivido.

A mí me gustan casi todos los géneros musicales. Sin embargo, no suelo escuchar canciones de "rock pesado" ni "regaetton" tampoco me encantan los "vallentos", aunque hay algunos que me hacen mover el esqueleto, jajaja.

Creo que cada persona es como la música que le gusta:

Los fanáticos del rock y el metal tienen fama de ser ruidosos y rebeldes, pero las investigaciones revelan una historia diferente. Un estudio de la Universidad Heriot-Watt reveló que quienes escuchan metal tienden a ser creativos, introspectivos y, a menudo, introvertidos.

Coloco solo este ejemplo, porque contrario a lo que la gente piensa, a las personas que les gusta este ritmo suelen analizar todo lo que ocurre a su alrededor con sentido crítico. Es decir, no son fáciles de controlar; y todo lo analizan con profundidad.

Yo suelo ser romántica, incluso podría decir que "soy come flor". Por eso me agradan las canciones románticas, las corta venas, las que son infaltables cuando estamos heridos de amor.

A propósito de las canciones y de cómo estas se convierten en un detonante emocional, me permito hablar de cómo las marchas fúnebres, antes usadas para los entierros, les cedieron el paso a las canciones preferidas de los muertos, jeje.

En días recientes, fui al entierro de una amiga de la infancia, y delante de la urna estaba un carro con unas grandes cornetas que nos permitían escuchar las canciones que a mi amiga les gustaba. Era impresionante ver a la gente cantar y llorar al mismo tiempo. Ese momento fue muy sentido.

Cuando salí de allí me puse a pensar con qué música me gustaría que me "enterraran", y, aunque sé que hay personas a las que la palabra "muerte" los llena de inquietud, se me ocurre que puede ser un buen tema de concurso, jeje.

Para mí, las melodías del mundo son las de mi mundo. Y sostengo esta idea con la frase: "Cada cabeza es un mundo".

Mi mundo es aquel en el que se exalta el amor y la libertad. Por ejemplo, una de mis canciones favoritas es "Gente Luminosa", de Arrebato. Por cierto, este cantante tiene otras canciones maravillosas, que me emocionan hasta las lágrimas. Pero, por ahora, solo les voy a compartir la mencionada: