Hola, amigo. Mi naturaleza es ser respetuosa con las personas, pero es cierto que se están viendo unas rarezas en nombre de la creatividad, la libertad y un supuesto arte que uno se queda abismado, y lo más cumbre es querer normalizarlas. No se trata simplemente de homosexualidad, son esa cantidad de variaciones que parecen sacarlas de sombreros de magos como para inventar cada vez más.

Son expresiones que siempre han estado en un submundo, por lo general hemos aceptado las más comedidas y donde el talento era lo principal, pero están emergiendo del underground donde solían estar para andar a plena vista, y la verdad a muchos nos resulta chocante.

Querer imponer la idea de que las mujeres puedan concebir sin el macho es el colmo. Pero ellos no tienen problema en pelearse con la ciencia ni la lógica.

Lo más triste de todo esto es que en su lucha por la inclusión forzada dejan de lado la verdadera inclusión que cada día se hace más necesaria. Claro está, defender la incluso de los pensamientos aborígenes de antaño no entra en los planes.

Mucho menos las personas con necesidades especiales (de cualquier índole).

Este asunto está volviendo loca a mucha gente, critican expresiones y prácticas de toda la vida pero no ofrecen nada mejor, solo muchos caprichos. No es por nada, pero en este mundo hay un gran egocentrismo, es un rasgo muy notorio en ellos, de allí que necesiten resaltar y llamar la atención, incluso imponerse.

Bueno, ya me extendí mucho, da para comentar tantas cosas. Pero esperaré la próxima entrega, sobre el empeño en confundir a los más indefensos.

Saludos