Saludos, parceros.

En el día de hoy me puse a filmar un lagartijo que se veía afanoso de un lado a otro sobre el piso de mi patio, comiéndose las hormigas y, como vi que el animalito estaba saliendo muy lejos del recuadro, me le acerqué más y huyó despavorido ante mi presencia. Por lo tanto, mi post sobre la vida salvaje (y a la vez doméstica), fracasó en el intento. Sin embargo, el mundo nos ofrece múltiples oportunidades y, justo en ese mismo instante, se dejó ver al frente de mi casa un pollo que salió de la casa de algún vecino. Bonito el emplumado ese.

Y pensando en serio acerca de la profesión de fotógrafo de fauna salvaje, lo que me viene a la mente es que se debe tener una paciencia de oro para poder capturar escenas realmente espectaculares, tanto para el público consumidor de videos, como para los científicos que estudian la vida de los animales. Incluso hay fotógrafos que arriesgan la vida filmando a criaturas peligrosas y agresivas como, por ejemplo: hipopótamos, osos, leones, cocodrilos, etc. De allí la infinidad de trabajos interesantes y entretenidos en canales de TV como NatGeo Wild, Discovery Channel y Animal Planet.