Y ojo, no se trata de vivir quejándose de todo, ni de andar con cara de amargado por la vida. Es más bien...tener la conciencia despierta. Saber que, aunque nos hemos acostumbrado a ciertas cosas, eso no las hace correctas. Por ejemplo, el hecho de que en algunos países ya sea “normal” tener que pagarle al funcionario (les llega algo a la mente 👀) para que haga su trabajo, o que la salud pública esté tan colapsada que uno tenga que esperar meses para una cita, no debería parecernos aceptable solo porque ya nos adaptamos.

Creo que parte del cambio que necesitamos empieza por dejar de ver como normales las cosas que claramente están mal. Porque mientras más las normalicemos, más difícil será que las cuestionemos. Y si no las cuestionamos, pues, jamás las vamos a cambiar. Aunque claramente hay cosas que no dependen de nosotros mismos, también es algo muy cierto.

Así que, para ir cerrando, creo que adaptarse está bien cuando toca, cuando no hay otra opción. Pero también hay que saber cuándo decir “esto no está bien” y empezar a buscar otras formas, o simplemente no repetir patrones que no nos hacen bien. Porque si nos conformamos con adaptarnos siempre, corremos el riesgo de quedarnos atrapados en un sistema que no nos respeta, que no nos cuida y que no nos representa. Y sí, sé que en teoría suena fácil, pero en la vida real... pues, sólo quería compartir esta reflexión... saludos, que estén bien. Nos vemos en la próxima locura que se me ocurra luego escribir...

_{Nota: Imágenes son de mi autoría, captadas con mi teléfono Redmi Note 13.}