Aunque mi mañana comenzó normal como cada domingo con un buen desayuno antes de salir de casa a nuestras actividades espirituales, cuando regresamos mi esposo me dice que tenía una reunión con algunos de los hombres que dirigen nuestra congregación, que la iban a hacer en la casa de uno de los amigos porque él vive un poco retirado en una finca fuera de la ciudad a pocos kilómetros y que si yo quería ir para compartir allá con la esposa del amigo mientras ellos están en la reunión , unque yo quería descansar en la tarde como casi todos los domingos, le dije que sí y me fuí con ellos.

Cada vez que voy a esa finca lo disfruto mucho sobre todo el paisaje y el aire puro y fresco que se respira, al llegar la amiga les estaba guardando una merienda, avena con pan de guayaba y café para el que quería, al rato ellos se retiraron aparte para comenzar su reunión y yo me quedé con la amiga conversando y disfrutando del paisaje.

En eso la amiga me dice que le tiene una sorpresa a los hombres les estaba preparando un pollo al horno y quería que yo la ayudará a hacer la ensalada y lo demás, me encantó la idea y nos pusimos manos a la obra.

En eso la amiga sale afuera y me dice que salga para que vea un espectáculo en el cielo, pues un hermoso arcoiris y empecé yo como loca a tomar fotos en cualquier lado y ángulo de la finca, luego entre a terminar la ensalada, cuando nos dimos cuenta ya estaba el atardecer y los hombres todavía en su reunión, así que salí a tomar fotos al atardecer.

Luego entramos y nos pusimos improvisar una mesa para servir la deliciosa cena a los hombres, ellos se que dejaron admirados no lo esperaban.