Este museo, anteriormente, fue un cementerio, pero más allá de esto, También, fue una cárcel eclesiástica donde se prohibía la libertad a todos aquellos seminaristas que eran señalados, quienes vivían torturas hasta morir.

Una vez que morían, eran arrojados en una fosa común, donde aún se conservan algunos restos de huesos. Entrar a esta parte del museo es verdaderamente escalofriante. Sin embargo, como tiene un carácter museístico, allí podemos encontrar pinturas de la época colonial y esculturas que fueron talladas a mano por algunos esclavos que se conservan hasta la actualidad.

Si quieres vivir mi experiencia aquí, te dejo el video.