El día del acto de promoción de mi hija, no solo se sorprendió mi niña, también su maestra. Cuando le obsequiamos un pequeño ramo de flores y un peluche de Naruto.

Durante este año escolar, no solo le enseñó, sino que también la cuidó, protegió, le dio consejos y la quiso como una hija más. Su dedicación y cariño hacia mi hija fueron muy tranquilizantes para mí y para todos los representantes.

Pues no solo fue así con mi niña, sino con todo el grupo, en ningún momento mostró preferencias por los estudiantes. Al contrario, se preocupó y ocupó por aquellos que tenían un rendimiento bajo o un comportamiento diferente.

Con mucha empatía para entender y abordar las necesidades individuales de cada estudiante, buscó mi ayuda como docente especialista, y muchas veces hicimos equipo, demostró el ser humano maravilloso que es. Una maestra bastante comprensible con cada situación de sus estudiantes y muy comunicativa con sus representantes. Siempre estuvo dispuesta a escuchar y a ayudar.

Mi hija se sintió cómoda y segura en su clase. Y yo Me siento muy agradecida por haberla tenido como parte de su vida durante este año escolar y así espero que a lo largo de la nueva etapa que se enfrenta mi hija, conozca profesores así, de esos que dejan huellas y no cicatrices.

Por eso no podía faltar una pequeña sorpresa para finalizar, donde se emocionó y la hicimos llorar, porque no se lo esperaba, en estos actos siempre se acostumbra a regalar flores, Pero yo quería algo que durará por mucho tiempo, Así que la regalamos flores y un peluche, la idea de regalarle un peluche de Naruto fue de mi hija, ya que la maestra le gusta mucho.

Aquí comparto el vídeo.