Biryani casero hecho por mi hermana y una dulce velada con Amna, invitándola a disfrutar de un brownie de café
Esta noche fue realmente conmovedora. Mis primos vinieron a casa a invitarnos personalmente al baby shower de su hermana.
Mientras charlábamos, su pequeña hija Amna estaba conmigo, así que decidí llevarla al parque infantil cercano, a solo 15 segundos a pie de casa.
Amna estaba sentada en una atracción eléctrica muy iluminada con forma de tigre de colores; se veía tan adorable que no me di cuenta.
La atracción está decorada con luces LED brillantes en varios tonos: amarillo, verde, azul, rosa y blanco, lo que la hace parecer sacada de un cuento de hadas.
También hay un personaje de dibujos animados al frente, lo que le da un toque divertido al conjunto.
Al fondo, había más niños y atracciones, lo que indicaba que el lugar estaba animado y lleno de energía.
Todo el parque infantil brillaba bajo el cielo nocturno, con risas de niños, luces de colores y ruido alegre por todas partes.
Ver la cara feliz de Amna mientras disfrutaba del viaje fue la parte más dulce que realmente convirtió la velada en un momento hermoso y memorable.
Después del paseo, le compré a Amna un capricho delicioso de Drop Coffee.
Le compré un brownie de fudge, suave, esponjoso y con un delicioso sabor a chocolate.
Tenía esa textura perfecta que se derretía en la boca, con una superficie ligeramente crujiente.
Disfrutó cada bocado, ¡y su sonrisa hizo que valiera totalmente la pena!
Mi hermana preparó un delicioso biryani para el invitado. Era un biryani casero que mi hermana preparó solo para mí, que estaba riquísimo.
El plato rebosa de vibrante arroz basmati de grano largo, teñido en tonos de azafrán dorado y naranja intenso.
Los tiernos trozos de pollo rebozados en masala que se asoman entre el arroz se ven perfectamente cocidos, jugosos y llenos de sabor.
Casi se puede oler la mezcla de garam masala, cebolla frita y hierbas con solo mirar la imagen.
Se sirve en un plato de cerámica con dibujos, con una cuchara debajo, listo para disfrutar de esta deliciosa obra maestra.
Lo que hizo que este biryani fuera aún más especial no fueron solo sus sabores intensos ni su atractiva presentación, sino el esfuerzo que implicaba.
Mi hermana empezó temprano, marinando el pollo con una mezcla de especias, yogur y pasta de jengibre y ajo para asegurar una absorción profunda del sabor. Frió cebollas hasta dorarlas, colocó el biryani en capas perfectas con arroz y pollo, y lo cocinó a fuego lento al vapor para conservar los sabores.
El proceso lleva horas, desde el picado y el marinado hasta la cocción final al vapor, pero lo hizo todo con paciencia, solo para dibujarme una sonrisa. Ese nivel de esfuerzo y amor realmente transforma la comida en un recuerdo.
Respetuosamente mencionado señor!
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