Mi día comienza a las 8:00 a. m. con nuestra Escuela Dominical habitual. El servicio comenzó a las 8:15 a. m. con la lectura de la Palabra de Dios y una oración de agradecimiento a nuestro Dios por un nuevo día y para que Él tome el control del servicio dominical.

A continuación, se presentaron cánticos espirituales y danzas de la iglesia como un acto de adoración a Dios y una expresión de amor.

Tan pronto como terminaron los cánticos y danzas espirituales, comenzó la acción de gracias, donde algunos miembros compartieron testimonios de haber visto la mano de Dios obrando milagrosamente en ciertas situaciones de enfermedad.

A las 9:20 a. m., el pastor principal de la iglesia, Miguel Calvo, dio un sermón de una hora y media. Esto permitió la interacción mientras enseñaba y ayudó a aclarar dudas sobre el tema tratado sobre la "Armadura de Dios". Al final del sermón, procedimos a orar para concluir el servicio y a compartir un delicioso almuerzo con un plato especial de frijoles negros sazonados con arroz y un jugo especial de papelón con limón.

Nos tomamos una foto general, compartimos la comida y luego cada uno se fue a casa.

Llegué a casa y descansé un rato. Por la tarde, mi hija menor y mi hijo, Chino, me dijeron que nos iban a dar la cena, así que nos preparamos a las 7 p. m., y mi esposa y mis dos hijos nos dirigimos a un lugar precioso y recién inaugurado. Además de ser una panadería, también sirven comida rápida, pizza y otros tipos de comida por encargo.

Llegamos al lugar y nos acomodamos para revisar el menú y hacer nuestro pedido.

Hicimos nuestros pedidos, cada uno según lo que queríamos comer, y mientras esperábamos la comida, conversamos de asuntos familiares y observamos lo bonito y decorativo que era el lugar.

Mientras charlábamos, llegó la comida, que se veía deliciosa, y nos pusimos a comerla y a disfrutar del ambiente fresco y decorativo.

Sin duda, la comida fue muy especial. Mis hijos pagaron la cuenta y luego volvimos a casa a descansar después de comer y esperar a dormir.