Empiezo el día meditando, encerrándome en mi habitación de estudio y comienzo a orar. Esto me permite enfocar mi mente y espíritu con la divinidad. Esto me proporciona importantes beneficios de concentración, paz y control emocional, permitiéndome poner en manos de Dios las diversas situaciones que me puedan generar preocupación.

La oración es una forma de meditación que aporta muchos beneficios y fortalece mi bienestar espiritual.

Al terminar mi meditación, fui a mi jardín, y mi esposa se había levantado y preparado un té de malojillo. Esto ha sido muy beneficioso para la salud de nuestra familia, ya que recientemente hemos enfrentado el virus que causa fiebre, gripe y muchas otras dolencias. El malojillo tiene propiedades muy valiosas para la salud, ya que ayuda a mejorar los problemas digestivos y respiratorios, y la fiebre.

Una infusión con esta hierba aromática garantiza la recuperación de la salud y ahorra dinero a la familia, ya que los medicamentos en las farmacias son muy caros. Disfruté muchísimo de mi té de malojillo con mi esposa, y nos permitió afrontar las actividades del día con gran fortaleza física, mental y emocional.

Mientras mi esposa preparaba el desayuno, continué mi recorrido por el huerto, donde, además de plantar chiles y yuca, pude explorar la zona de plantas medicinales. Cada semana, hacemos una infusión de las diversas plantas del huerto, como malojillo, poleo, sábila y orégano. Estas plantas son cruciales para la salud, permitiéndonos mantener nuestro bienestar físico.

Me acerqué al poleo, que con la lluvia se ha mantenido vigoroso y verde. El poleo es otra planta que aporta beneficios a la salud, ya que actúa como expectorante y ayuda mucho con problemas digestivos, como los gases. Una infusión de esta aromática planta restaura la salud del cuerpo.

Así que continué mi recorrido por el jardín hasta que mi esposa me llamó para desayunar y disfrutar de mi delicioso café.

Empezar la mañana con una infusión de malojillo y ahora con un delicioso café es completamente reconfortante.

La verdad es que el tiempo estaba nublado y parecía que iba a llover, así que me quedé en casa en la tarde trabajando en la computadora y revisando información en varias redes sociales.

Al anochecer, cené y fui a mi habitación a revisar el teléfono hasta que me dormí.