Hoy es sábado, no tenía ánimos de hacer mucho, quería descansar asi que me levanté tipo 8:30 am, realice mi rutina de hace personal, hice mi desayuno, mi mamá me hizo una arepa, que le pedí que porfavor le quitara, porque la veía muy grande, pero era la medida que mandó la doctora.

Al rato, me escribió una amiga que si quería caminar un rato por la playa, me gustó la idea, así que me di una ducha, me vesti rapidito y me senté a esperar que llegaran a buscarme. Mientras esperaba, salí al patio y me encontré con un hongo, que parece la casa de los pitufos.

Cuando llegó mi amiga, nos fuimos, nos bajamos del carro y empezamos a caminar, en el transcurso íbamos conversando, nos contamos muchas cosas y fue tanta la distracción que ni fotos tomamos. Bueno, tomé una sola.

Cuando nos vinimos, quisimos comprar un jugo para hidratarnos, pero el precio estaba sumamente elevado, 4.5$ lo vimos muy costoso y nos vinimos. Al llegar al carro tomamos agua y me trajo a casa. Al llegar a la casa me vi la cara sumamente roja.

Mi mamá me llamó la atención, pensando que no me había puesto protector. Me puse hielito, y medio calmo, realice mi almuerzo, pese todo y me senté almorzar temprano.

Me tomé mis pastillas, me di un baño y me fui a trabajar, que aunque me sentía agotada y muy quemada, tenía que ir a trabajar. Me vesti, me puse el uniforme y me puse bastante protector solar para salir

Al llegar al trabajo, me indican que me toca trabajar en el área que no me gusta, cafetín, ya que allí se encuentra mucha gente tomando y es de cierta manera incómoda. Cuando me tocó mi hora cena, cené, pero dejé comida ya que no me sentia muy bien y aparte ya no quería más.

Luego llegó mi hermano que debía realizar un trabajo, y me puse hablar con el y con su compañero, vieron que andaba comiendo y que tanta comida dejé.

Al entrar a trabajar después de mi cena, un cliente empezó a conversar conmigo y notó que estaba como sin ánimos o quizás algo decaída, a veces las personas se pasan con los comentarios mal intencionados. El que todos los días digan que no se nota nada, que no notan un cambio en mi cuerpo con respecto a bajar de peso, que digan que se va a perder el dinero gastado y el tiempo, son cosas que hacen que me baje el ánimo. Tanto así que un cliente le dijo a un compañero que me veía más bonita, la cara se me veía más reluciente y su respuesta fue que si estaba ciego, que seguía pareciendo un cochino y realmente me hizo sentir mal.

Al salir del trabajo, limpié rapidito, acomode, cerré caja, cuadre y me fui a casa, ya que realmente estaba con los ánimos por el piso. Al llegar, me di un bañito, me pase el hielo por la cara y me acosté a descansar.