Último día de mayo de 2025 (Diario del Juego)

El 31 de mayo de 2025, pasé más tiempo al aire libre porque era sábado y, una vez más, mi teléfono tenía muy poca batería, así que tuve que cargarlo en una casa de apuestas. Era el último día de mayo y nunca volveremos a ver mayo de 2025. Acompáñenme mientras les cuento todas las actividades de ese día.

Llegué a la iglesia a tiempo esa mañana y había muchísima gente, como siempre los sábados. Empezamos a limpiar y también nos preparamos para los ensayos. Pasaron muchas cosas en mayo y aprendí mucho de ese mes. Después de limpiar y lavar un poco, entramos a la iglesia para comenzar los ensayos y conversamos un poco.

Me aseguré de que todos los niños estuvieran organizados porque si no lo estaban, todo el lugar sería ruidoso y no nos concentraríamos. Ese día había un recién llegado entre nosotros, y no es del todo nuevo, pero sí lo es para nosotros porque estuvo en la asociación en otro estado, luego se mudó a nuestra ciudad y decidió unirse a nosotros. Le explicamos los pasos necesarios antes de poder empezar a oficiar misa. Después del ensayo, le encargué a uno de los chicos que hiciera el horario de misas para la semana siguiente.

Cerramos el día a las 11 de la mañana y todos se fueron a sus casas mientras yo me dirigía directamente al centro de apuestas a cargar mi teléfono. No tengo nada que ver con las apuestas allí, solo fui a cargarlo. Como de costumbre, había otras personas que vinieron solo a cargar su teléfono, algunas solo a apostar y otras a hacer las dos cosas.

En la imagen de arriba se puede ver que hay dos baterías externas y un teléfono pequeño en el suelo. Solo me pertenecía la pequeña batería externa amarilla mientras sujetaba el teléfono para revisar algunos mensajes importantes en WhatsApp y Discord. Unas horas después, fui a casa a almorzar y también le corté el pelo a mi padre; lo hago todos los sábados por la tarde o noche.

Por la noche tenía más tiempo para usar el teléfono y me concentraba en bloguear en Steemit hasta que vi unos mensajes en WhatsApp sobre la elegibilidad para el airdrop de Blum. De alguna manera, fui fiel al airdrop y fui a comprobar si cumplía los requisitos. Lo comprobé y descubrí que no cumplía los requisitos, lo que me hizo sentir mal. Cumplía todos los requisitos menos uno, solo uno.

Abandoné por completo el airdrop y decidí dejar de abrirlo en Telegram. El airdrop es desalentador últimamente, pero sé que uno de estos airdrops sorprenderá a mucha gente, porque muchos ya se han dado por vencidos. Me quedé con el teléfono y descansé un rato hasta que un amigo me llamó y me recordó lo que habíamos acordado hacer al día siguiente. Le aseguré que no lo había olvidado y le gustó mi respuesta. Fue un día largo, pero al menos lo pasé bien.