En mi iglesia realizamos una actividad basada en la serie. Dios nos brindó la sabiduría y los jóvenes nos aventuramos en esta propuesta. De verdad, fue un reto porque a algunos adultos les pareció un tema fuerte, pero para los jóvenes resultó algo novedoso y despertó su curiosidad sobre cómo sería la dinámica: ¿igual que la serie o algo diferente? Esto fue muy positivo, ya que captó la atención de muchos jóvenes

Gracias a Dios, después de la planificación, compramos los uniformes y las máscaras, y definimos los juegos que realizaríamos. En realidad, nos enfocamos en tres: el primero era Ddakji (que aprendí a hacer con mis compañeros), el segundo, Luz Roja, Luz Verde, y el último era el de la rueda, similar al juego de los edificios. De verdad que fue muy divertido. El título de la prédica fue 'Dios perdona, el juego no', y con eso salimos a dar el mensaje e invitación, todos con el uniforme. De verdad fue una aventura

Después de la evangelización, regresamos a la iglesia. Al principio, estaba vacía, solo los servidores estábamos presentes, con las luces listas, los músicos preparados y el predicador listo. A los 15 minutos, llegó una avalancha de jóvenes. Yo me encargué del área de sonido, estuve atento a la música para los juegos, y de verdad que esto impactó la vida de los jóvenes

Los jóvenes jugaron, se divirtieron, rieron y se sorprendieron. Pero cuando terminaron los juegos, pensaron por un momento que todo acabaría ahí. Entonces llegó el tiempo de la Palabra, que renovó la vida de cada joven presente. Algunos lloraron, otros quedaron impresionados del mensaje que Dios trajo a sus vidas. Fue un hermoso momento para ellos y para nosotros que estábamos allí

Les invito a realizar actividades que puedan impactar la vida de los jóvenes y los lleven a alcanzar su potencial en Dios. A veces tenemos que ser intencionales para atraerlos hacia la luz de Jesús. De verdad, esto fue de gran gozo, y tuvimos el privilegio de llevar esta temática a la iglesia madre, donde sí pudimos crear una atmósfera con más suspenso. Pero bueno, esa es otra historia que les puedo contar luego. Gracias, un abrazo, y que Dios les bendiga

Las fotos se tomaron de dos teléfonos (iPhone y Redmi 9T)