Antojos Mañanero

Buen día amigos de steemit. Hoy me desperté con un solo pensamiento en la cabeza: quiero pan. No pan de bolsa, no pan del súper. Quería pan hecho con mis propias manos, cocido al calor de una buena estufa de leña, como todo un panadero rústico de Pinterest... pero versión sin filtros.

Salí al patio, todavía en pijama y con más cara de zombi que de ser humano, en busca de leña. Ahí estaba el hacha, apoyada en el árbol como diciéndome: ¿Seguro que quieres hacer esto tú solo? Con movimientos torpes y algo de dramatismo, logré cortar algunos troncos. Solo me golpeé el pie una vez, así que lo consideré una victoria.

Ya dentro, encendí la estufa con tanta ceremonia que me sentí como un druida invocando fuego ancestral. La estufa respondió con un rugido digno de un dragón con hambre, y el gato vino corriendo como si fuera a contarle todos sus secretos. Se sentó frente al fuego como si le hubieran dado el papel protagónico en una obra de teatro dramático. El perro, en cambio, se tiró en el suelo con la elegancia de una papa horneada.

Mientras tanto, yo preparaba la masa con la destreza de alguien que claramente vio un video de 30 segundos en redes sociales y creyó que podía hacerlo igual. Contra todo pronóstico, el pan comenzó a verse bien. Al ponerlo sobre la plancha, el olor fue tan glorioso que casi lloro. O tal vez era el humo... pequeño detalle.

En ese momento me di cuenta de que no necesito mucho para ser feliz: una estufa caliente, animales que me toleran, pan casero... y quizás una cita con el quiropráctico después de partir leña como si tuviera 20 años menos.

Fotografías y texto de mi autora.