UNA CAJA DE SORPRESAS
UNA CAJA DE SORPRESAS
La niñez. una verdadera caja de sorpresas y más que sobre la juventud, de la que Rubén Darío escribió versos memorables: "Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver!"; es en ella donde descubrí verdaderos tesoros. Ese trance de la niñez a la juventud deja un verdadero vacío, porque está intrínseco en ello, la pérdida de la edad dorada evocada por los poetas románticos alemanes. Hurgando en mi biblioteca, los tesoros leídos y muchos por leer, me encontré con un texto maravilloso escrito por mi hija Andrea, creo que a sus once años (o menos) sobre el vuelo y las ensoñaciones que siempre en nosotros produce:
ALAS
Había una vez un niño llamado Jorge. Ese niño soñaba con algún día poder volar. Él durmió y soñó que estaba en un árbol, vio un pájaro y le preguntó: ¿Usted me podría enseñar a volar? Y el pájaro le dijo: "Pero tú eres un simple humano". Jorge le contestó que no importaba, porque en sueños el podía hacer todo.
El pájaro llevó a Jorge a la montaña más alta y lo lanzó- El pájaro voló sobre Jorge y lo agarró de un brazo y le dijo que se calmara. El pájaro lo soltó y Jorge quedó parado en el aire. Jorge quedó impresionado y regresaron al mismo árbol donde Jorge había llegado.
Jorge le dijo "muchas gracias".