SLC-S24/W5 - Pensamientos y reflexiones

  El debate siempre va a ser la oportunidad idónea que se nos presentará para compartir nuestro criterio o, conocer el de alguien más y, para que dicha conversación aporte todos los conocimientos necesarios, las personas involucradas deben estar familiarizados con el punto a discutir.

  Debido a la oportunidad tan enriquecedora que puede ser formar parte de un debate, se recomienda que de manera regular participemos en ellos, ya que además de intercambiar ideas, compartir conocimientos o aprender, también es una grata oportunidad para emprender una profunda reflexión; acción que al final del día nos ayuda a tener más consciencia.

  Bruno ha concluido sus estudios universitarios y, va a ejercer su profesión en la mejor empresa de arquitectura del país. Se siente muy afortunado, porque entre los quince arquitectos que se postularon para la vacante, él fue seleccionado entre los cinco que estarán a prueba durante tres meses.

  La mañana de su primer día de trabajo se vistió de gala, porque el sol estaba resplandeciente y, el firmamento se visualizaba tan azul que, fácilmente, hacía juego con su elegante corbata.

¡Hoy es mi día!

  Fue su expresión al momento de salir de casa mientras se percataba del clima tan espectacular que estaba ante él. Bruno llegó a la empresa y, estaba impresionado de ver cómo funcionaba todo; acción que le permitió comprender que, entre la práctica y la teoría, hay una gran diferencia.

  Su personalidad extrovertida le permitió hacer amistad rápidamente con sus compañeros. El supervisor de Bruno constantemente hacía referencia del gran potencial que tenía y, eso, lo motivaba a comprometerse más en su trabajo para seguir cumpliendo con las expectativas necesarias.

¿Quieres hacer dupla conmigo?

  Le preguntó Guillermo el día que se enteraron de que la prueba final consistía en diseñar una maqueta de un rascacielos. Sin pensarlo mucho, Bruno aceptó la petición ya que, él sentía que harían un excelente equipo, además de que, lo consideraba un gran amigo, porque siempre estaban juntos. Transcurrió un mes y, Bruno ha estado haciendo este trabajo con la máxima dedicación.

  Una noche antes de presentar el trabajo, fallece la mamá de Bruno y, presentarse al siguiente día para defender el proyecto, era imposible para él. Su gran amigo le dice que no se preocupe, porque iba a defender la maqueta por los dos; sin embargo, cuando fue el momento de la presentación, Guillermo aseguró que el trabajo completo había hecho él y, Bruno no estaba presente en la defensa, porque desconocía el tema.

  Cinco días después de este acontecimiento, Bruno se dirige a la empresa y, se entera de que Guillermo había quedado en la plaza laboral que él soñaba; noticia que lo desconcertó, ya que también se enteró que su gran amigo se adueñó del trabajo que realizaron juntos al aserurar que, él había trabajado solo y debido a ello, lo tildaron de irresponsable.

  Guillermo jamás se atrevió a darle la cara a Bruno y, aunque no se le hizo difícil encontrar otro trabajo, no volvió a ser el mismo, ya que desconfiaba de todas las personas que se le acercaban y, antes de ceder el trabajo, él se asegura de que sus credenciales van a ser acreditadas correctamente.

  A mi juicio, la vida es una montaña rusa muy enriquecedora y, cuando vamos bajando o, ya estamos en la zona baja, adquirimos las enseñanzas que también se transformarán en nuestra madurez y, con esto no quiero decir que en la estabilidad no podemos aprender, porque allí también hay enseñanzas, pero las más fortalecidas, solo la recibimos con mayor plenitud de los obstáculos y, en mi caso siempre digo que agradezco las malas experiencias que he tenido, ya que de ellas he forjado mi tenaz carácter, además de que la madurez adquirida por las diversas vivencias me ha enseñado que, la vida se puede explorar plenamente cuando recibimos con sencillez cada lección, porque ser maduros, va a depender totalmente de nosotros y esto es necesario de aprender.

  En este punto me encantaría resaltar que, madurar es un proceso indispensable que debemos vivir y, aunque esto no tiene vínculo directo con la edad, si debemos ser conscientes de que durante nuestro crecimiento, las experiencias que llegan influyen directamente en la evolución de consciencia que vamos teniendo.

  Aunque la mayoría de las veces los aprovechados saben cómo camuflar sus malas intenciones, soy partidaria de que con una pizca de análisis podemos detectarlos y, para ello, observar detenidamente lo que dicen, al igual que las acciones que hacen bien sea con nosotros y otras personas, será fundamental para notarlo, ya que por más profesionales en la materia que pretendan ser, en algún momento las señales proyectarán sus costuras. Sé que esto tal vez pueda ser incómodo y contradictorio al querer confiar en alguien, pero la confianza no es sinónimo de tener vendas en los ojos y, cuando nos caracterizamos por ser analíticos, prevenimos en gran medida el momento desagradable.

  En lo personal, les comparto que ser una persona observadora me ha funcionado y, logré aprender a ser así después de que alguien se aprovechó de mi bondad. No soy desconfiada, porque siento que cuando se desconfía de todas las personas, no logramos convivir sanamente, pero sí me gusta analizar las actitudes de alguien antes de tenderle completamente mi mano, ya que no fue agradable sentirme usada.

  La historia que compartí al inicio, le sucedió a uno de mis amigos y, cuando él me contó ese suceso comprendí que, la mala acción de una persona, puede transformar radicalmente el carácter de alguien, porque en el caso de él, su nivel de confianza disminuyó en su totalidad; de hecho, siempre dice que cuando hace el intento de volver a confiar, no logra tener éxito, ya que siente que le sucederá lo mismo y, aunque sé que estar desconfiando de todo el mundo o, negarle la oportunidad a alguien no es lo ideal, entiendo muy bien su postura y no lo juzgo.

  En vista de esto, he llegado a la conclusión de que antes de arruinar la buena fe de una persona por beneficio propio, aprendamos a ser bondadosos, porque lo que hoy es benefactor para mí, mañana puede ser el peor fracaso de mi vida si previamente actué mal y, no estamos aquí para arruinar vidas, sino para construir buenas acciones que nos favorezcan a todos.

  Una de las cosas más complejas de la vida es recuperar la confianza. Muchas personas aseguran que es imposible, pero en mi caso soy partidaria de que sí se puede hacer; no es fácil, claro está, pero si queremos, lo podemos lograr y para ello, es indispensable que más allá de quedarnos con lo desagradable de esa experiencia, hay que buscar las lecciones que hay detrás de todo. Tengamos en cuenta que, en estos casos, la precaución nos fortalece y, la mejor parte de todo es que, esa vivencia tan incómoda nos mostró que no poseemos un mal corazón; hay que ser selectivos, pero esto no nos hace egoístas y, allí es donde está la clave de todo, ya que nuestras buenas acciones, solo son para personas que nos valoran.

  Hay que evitar normalizar que cerrar nuestro corazón es lo ideal, porque si un día alguien me lo hizo, mañana otra persona lo hará. En este punto, lo ideal es pensar en que, las buenas acciones hacia la persona correcta, nos permiten tener el mejor equipo de apoyo que merecemos y, una mala vivencia solamente es el camino para transformar lo desagradable en una virtud que nos permita crecer.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

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