Y lo peor es que mayormente estamos tan acostumbrados a nuestra zona de confort, sintiéndonos cómodos en nuestra mediocridad que nos auto-cegamos de la realidad. Amputamos nuestros propios sueños para adaptarnos a la miseria mental. Cuán distinto sería el mundo si todos sacrificáramos esa zona de confort, para ser mejores y crecer. Como leí en un libro:

Correr esa milla extra.

Dejemos el miedo a correr esa milla extra. Tal vez el próximo paso nos lleve al tesoro que debemos encontrar. ¡SALUDOS INMENSOS PARA TODO EL EQUIPO DE MSS!