RE: Nietzsche/Citario del cardumen, N. 4/@acostacazorla
Saludos, mi estimado @acostacazorla.
No pudiste haber escogido mejor texto para ilustrar una postura que, aunque de data milenaria, sigue dando que hacer y que hablar.
Creo que la postura de tu madre, como la de la mía, reivindica la idea de tantos pensadores que han defendido la naturaleza elevada del ser humano.
Desde el Menón de Platón, y aunque subordinadas políticamente a los hombres por Aristoteles, es mucho lo que se ha escrito sobre la felicidad de las mujeres como prerrequisito para la felicidad de las sociedades. Esa condición es posible establecerla solo si se conciben a las mujeres como iguales intelectualmente, aún reconociendo las obvias diferencias físicas y emocionales.
Nuestras viejas tenían una manera muy pragmática de filosofar. Dejaban que sus acciones fueran sus teorías.
Mi vieja perdió a su padre a los 9 años y desde entonces trabajó “como una burra,” según lo cuenta ella misma. Me contó que en una oportunidad la vio un medico cuando ya contaba unos 15 años y le dijo que estaba bien pero que su cuerpo de 10 u 11 era el resultado de tanto trabajo físico a temprana edad. Estaba pasmada. Eso cambió al poco tiempo y se espigó al punto que podía hacer el trabajo físico de cualquier hombre en la cosecha de café.
Cuando se hizo madre inculco a sus 6 varones la doctrina de igualdad que nos acompañaría toda la vida. No había empache o vergüenza en realizar las labores domesticas. Por el contrario, eso nos daría muchas ventajas en la vida. Así fue. La idea lógica era que si a ella no la había matado la realización de trabajos de hombres a nosotros no nos mataría realizar trabajos de mujer, como lavar, planchar, limpiar, o remendar ropa.
Por desgracias son muchos hombres y mujeres que practican las ideas de Nietzsche, aún sin haberlo leído, negándose así cualidades que, como diría tu vieja, nacieron con ellos.
Si ser gente es cargar con todos los vicios e imperfecciones del hombre/humanidad, sería muy bueno que la mujer no lo fuera. Por desgracias son más las mujeres que han internalizado la máxima despectiva, y perpetuan la otra agravada por una religión que fijó en el génesis de la humanidad a la mujer como la raiz de todos los males.
Tu comentario es muy bueno,gracias hermano.
Tenemos la suerte de haber tenido mujeres em nuestra vida asì"poca gente".