[Imagen creada en fotogrid]

Dineth, un gran aficionado a la ciencia, pasaba horas construyendo robots y mezclando líquidos extraños en tubos de ensayo en el laboratorio de su abuelo. Y también leía los libros de ciencia que éste le había dejado.

Un día, mientras organizaba el laboratorio de su abuelo, encontró una pequeña caja de metal con un interruptor y una nota.

"Proyecto Z: No se probará. No está listo".

Dineth se sorprendió y sus ojos se iluminaron de emoción.

¿Que era el proyecto Z? ¿Un dispositivo para viajar en el tiempo? ¿Un teletransportador? La nota no mencionaba nada. Tomó la caja y fue a su habitación. Cerró la puerta con llave. Luego la revisó con curiosidad.

No tenía ni idea. Al día siguiente, leyó más sobre los inventos de su abuelo. Pero el misterio de la caja siempre lo rondaba. Una tarde lluviosa, pulsó el interruptor. Pero no pasó nada. Estaba decepcionado. Pensó que estaba roto. Pero cuando se giró para irse, la caja se iluminó y emitió un suave zumbido. La habitación se llenó de una luz azul. Las paredes empezaron a temblar. De repente, una voz grave salió de la caja.

Acceso concedido. Inicio del transporte en 10, 9, 8...

Dineth se asustó mucho en aquel instante, en realidad temblaba de miedo y no sabía que hacer, como actuar.
"6, 5, 4, 3..." la cuenta regresiva seguía avanzando y cada vez más los nervios de Dineth eran aún mayores, "2, 1, 0...", BOOM.

Se oyó un intenso sonido y las paredes de la habitación parecían moverse como arenas movedizas.
Pasaron unos cuantos segundos y todo poco a poco parecía volver a la normalidad; Dineth también empezó a calmarse, y cuando todo pareció volver a su estado natural el joven se levantó del suelo y fue directo a revisar la caja de metal: "parece que todo está bien, fue como una ilusión, quizás el abuelo quería causar una impresión en las personas que encendieran el interruptor", se decía Dineth a sí mismo en voz baja; prosiguió a asomarse a la ventana y lo que vió lo dejó asombrado.

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"¡Es imposible!" Exclamó el jóven; "No puede ser, debo estar soñando"; en realidad no daba crédito a lo que estaba viendo, ya nada era igual, era como si su casa fuese sido trasladada a otra época.

En lugar de la vía de asfalto que estaba frente a su vivienda, solo había un ancho camino polvoriento, donde estaban las casas de sus vecinos habían árboles, un antiguo molino y algunas especies de granjas.

Además las personas que podía divisar desde su ventana tenían un aspecto extraño, vestían con ropas de lana, muy al estilo de la Europa antigua.

De pronto oyó cascos de caballos y a lo lejos el camino parecía transformarse en una nube de polvo; Dineth se asustó mucho, pero mantuvo la compostura. Poco a poco se acercaban aquellos hombres, hasta que el joven pudo distinguir que se trataba de caballeros vestidos al estilo Franco, sus armas y sus armaduras se asemejaban mucho a los usados por un imperio que había existido hace más de mil años. De pronto vió el estandarte Carolingio ondeando al viento, y se percató de que estaba en la Francia medieval, ¡Que había viajado en el tiempo!

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Se dió cuenta el muchacho de que el proyecto Z de su abuelo era una especie de aparato que funcionaba como máquina del tiempo.

Recordó en ese instante que su abuelo siempre había sentido mucha curiosidad por el pasado y que probablemente por esa razón había estado trabajando en inventar una máquina que lo trasladara a épocas pasadas. "Si cuento esto nadie me lo creería" pensó el jóven Dineth.

De pronto decidió bajar y salir de la vivienda, pero antes de eso se vistió con unas prendas antiguas que encontró a la salida de su casa, para no levantar sospechas.

Salió y se paró frente al desfile de hombres Carolingios, quizo escuchar lo que hablaban pero en realidad no entendía ni una palabra, la mayoría hablaba una especie de dialecto franco, mientras que algunos (los de mayor rango) parecían entenderse en latín antiguo.

Como era de esperarse, no entendió ni una palabra, pero por el lenguaje corporal parecía que se dirigían a una batalla. Dineth recordó que el imperio Carolingio constantemente se enfrascaba en batallas y guerras contra las tribus eslavas, las cuales eran muy aguerridas y siempre les causaban problemas; se percató de que el ejército iba camino hacia el Este, dirección en la cual se ubicaban los pueblos eslavos, por lo cual asumió que iban a una batalla contra aquellos hombres.

Así no entendiera nada, y tampoco tuviera idea de cómo haría para volver, se acomodó como uno de los locales y se dispuso a disfrutar de aquel desfile de miles de hombres, sabía que nunca vería nada igual...

Invito a los amigos @haidee, @paholags y @solperez a unirse a la dinámica.

Sin más que agregar... Saludos cordiales.