Dineth activó el misterioso "Proyecto Z" de su abuelo y fue transportado al año 2212, específicamente en una clínica donde la tecnología es de ultima generación, pero algo llamo la atención de Dineth, en esa clínica había personajes famosos que el conocía como: políticos, actores, deportistas, cantantes, todos conectados a una maquina, porque estaban gravemente enfermos. Lo que mas le sorprendió fue que médicos, enfermeros, personal de mantenimiento, eran personas saludables pero solo ganaban dinero para comer.

Nada tenía sentido para Dineth. Los millonarios tenían su billetera virtual con un saldo muy alto, de sus cuentas bancarias solo se descontaba la estadía de la clínica, que era algo insignificante para ellos, pero con el único fin de alargar sus vidas.

Una enfermera le susurró:
—Ellos tienen todo menos salud. Nosotros tenemos salud, pero no lo que hace la vida más fácil: el dinero. Creo que es una maldición para ellos, porque tenían todo el dinero del mundo y fueron incapaces de dar al que mas necesitaba, ahora ese dinero no podrán disfrutarlos.

Dineth observó este mundo desigual. Vio a un político rico rogando por sentir el sol en su piel sin una mascarilla, también vio a un joven camillero afueras de la clínica, tomando el sol con toda la tranquilidad, hablando con su novia a través de una videollamada y agradeciendo a Dios por tener salud, todo estaba invertido: quienes lo tenían todo estaban muriendo; quienes tenían vida, la disfrutaban con lo poco que tenían.

Dineth recorrió las afueras de la clínica por la noche, observo muchas torres de cristal, drones policiales que volaban silenciosos, calles muy limpias, camino tanto hasta que llego a una zona de bajo recursos, donde todo era risa, música, pero también había hambre, y es que la risa y la música los hacia olvidar que solo comían una vez al día.

En una noche de reflexión escribió:
"¿Qué vale más? ¿Tener salud sin sueños, o tener riqueza sin vida?"

La caja metálica volvió a activarse y Dineth fue devuelto a su tiempo. Pero algo había cambiado en él. Comprendió que ni el dinero ni la salud, por sí solos, bastan para una vida plena. Se prometió buscar equilibrio: cuidar su cuerpo, de dar el mensaje a sus padres de valorar lo simple y no olvidar nunca lo que había visto en ese futuro que parecía ser el presente.