Second Chance Romance (Spanish)

La cabeza de Dennis daba vueltas. No podía volver a estar frente a ella sin aclarar sus ideas y decirle exactamente por qué saboteó la relación. La razón era tan simple como estúpida.

Aparte de ordenar sus pensamientos, Dennis debía escoger el mejor momento para dar sus explicaciones. No podía ser antes de entrar a la reunión. Si esta terminaba tarde, Jenny no se tomaría bien tener una conversación tan delicada justo a la hora de querer irse a dormir.

La víspera de la reunión pasó y Dennis no dejaba de sentirse cobarde. Ya cansado de sí mismo, fue a la oficina de Jenny y llamó a la puerta.

La mujer se tensó al verlo asomarse bajo el umbral.

—¿Qué quieres?

—¿Podemos hablar?

—¿Puede ser durante el descanso?

—Sí, claro.

En las horas previas al receso laboral, Denis no se podía concentrar. Las tareas que tenía enfrente eran como una serie de obstáculos que pasar antes de llegar a enfrentarse al final boss, que era obtener lo que más deseaba en ese momento de su vida.

Cuando su reloj de pulsera y el de su computadora dieron –minutos más, minutos menos- con la hora pactada, Denis salió de la oficina y buscó a Jenny en su lugar de descanso favorito. Sintió alivio cuando la halló ahí. Se acercó de frente y se sentó a su lado.

Jenny escuchó todo lo que Denis tenía que decirle. Ella había esperado cualquier excusa idiota e infantil, incluso pensó que había estado con otra mujer mientras se veía con ella, pero no lo que él le confesó:

—Estar enamorado me causa estrés —empezó Denis. Se le notaba en el tono de voz que sentía vergüenza—. Estrés y ansiedad. Tengo expectativas altas y puedo verme nervioso o desesperado.

—Tú nunca te ves desesperado —afirmó Jenny.

—Pero lo estaba y aún lo estoy. Yo no quería que la relación terminara, pero en vez de comunicártelo, dejé todo a la suerte. Estoy enamorado de ti y eso me produce más angustia que serenidad. Pero no porque tú me la produzcas sino porque creo que en algún momento haré algo tonto y te perderé para siempre. Ese temor a equivocarme es lo que me da absoluta certeza de que estoy totalmente enamorado de ti.

Jenny escuchó toda la explicación de Denis, al principio buscando algún punto débil en sus argumentos para luego aceptarla contra su voluntad. Nada de lo que él decía sonaba a mentira.

—Podemos intentarlo una vez más. —dijo Jenny, ya rendida y deseando internamente que la excusa fuese real.

El receso terminó y cada quien volvió a su área de trabajo. Denis sentía alivio de poder tener otra oportunidad para arreglar las cosas. Jenny aún seguía tensa porque no sabía si la decisión que había tomado era la mejor. Según su forma de pensar, el acto de decidirse por alguna de las dos opciones llevaría a otro aprendizaje que le serviría de algo. En caso de ser ciertas las palabras de Denis, ella se vería como benevolente y, en caso de ser una mentira, aprendería a detectarlas mejor.

Denis, a pesar de ser emocionalmente poco inteligente, procuró comunicar su incomodidad, sus dudas, para no volver a hacer peligrar la relación que pudo rescatar de milagro.

Tras cada malentendido, cada discusión siempre, volvían a tener paz entre ellos. Para Denis, cuando Jenny sonreía otra vez, era como si se hubiese salvado de una hecatombe.