Asociación del Bien

Abre la puerta y entra en la sala revestida de madera. La mesa, una imponente estructura de roble que domina la sala, tiene rostros que lo miran.

¡Bienvenido!, dice uno de los rostros. ¡Bienvenido a la Asociación del Bien!

Helon sonríe y asiente. No reconoce a la mayoría de las personas sentadas a la mesa.

Se da cuenta de que conoce al orador, al que le dio la bienvenida.

Fue este caballero quien le pasó la tarjeta de visita hace dos noches en el metro. El hombre llevaba una chaqueta con capucha, pero Helon reconoce su nariz y barba.

Recuerda haber pensado en ese momento que parecía que el hombre llevaba un disfraz de nariz, gafas y barba postiza.

Algo barato que se puede encontrar en una juguetería.

Le sonríe y le acompaña al único asiento vacío.

Ahora, dice el hombre de NoseBeard, tenemos a nuestro invitado de honor, podemos ponernos manos a la obra.