‎Es ahí, en ese preciso momento cuando todos reconocen el amor de Nadeesha por la naturaleza y todo lo que nos rodea. Sin dejar de admirar su entorno, se oye un grito esperanzador ¡Nadeesha dónde estas!. más que un llamado de auxilio era de supervivencia por su presencia.
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‎De repente, de la nada aparece una anciana, cubierta con una manta oscura, mojada que le arrastraba en su andar, asustada al ver tantas personas juntas, toma de la mano un pedazo de madera y se lo lleva al frente como señal de protección. Temerosos preguntan ¿si no ha visto una joven llamada Nadeesha perdida en el bosque?.

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‎Sin dar tregua, voltea y señala el lugar donde podría estar algo o alguien. El hermano temeroso, se dirige donde señala la anciana, al ver un gran pozo cubierto de un azul verdoso que te muestra ese paisaje único y poco conocido. Ahi inmóvil está esa joven chica amante de la naturaleza sin poder creer lo que ven sus ojos.

Naturaleza imágen de mi propiedad

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‎El silencio se hizo, ya no había ese temor de la pérdida de la joven. No, ya solo era disfrutar plenamente del paraíso encontrado y saber que solo quedará en su mente lo vivido. De ahí no podría salir ese secreto oculto por esa noble anciana que un día decidió compartir su tesoro con una joven chica que ama la naturaleza.
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‎Nadeesha voltea, con un gesto delicado, se coloca un dedo en sus labios para que todos guarden silencio y disfruten de la maravilla que les brinda ese lugar.
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‎Ella no se había dado cuenta de su ausencia, ella sin temor alguno decide vivir la experiencia de dejarse llevar por su intuición, algo interno le decía que siguiera a esa anciana y que no se iba arrepentir. Esas fueron sus palabras al saber de su búsqueda. Agradecida con la valentía de su hermano y la colaboración de cada uno que se aventuró a recorrer sus pasos, volvió su mirada hacia ese lugar del que no quería irse jamás. La anciana gentilmente le toma su mano indicándole que ya era hora de volver, tras sus pasos, tras sus sueños y sus esperanzas de preservar ese dio mágico en sus corazones.
‎La gentileza de la cuidadora de ese lugar, dio a entender que solo ella y el que ella le permita puede visitar y disfrutar del Paraíso al final de la Cueva.