Desafío Steemit s26wk1: El Proyecto de Oficina

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Después que contabilizaba en el ordenador todos los medicamentos y los otros productos que producía y distribuía Intelab, el joven William Hamilton tenía por costumbre hurgar entre los numerosos libros y papeles que habían quedado en la pequeña biblioteca de Roger Lee, el biólogo fundador de Laboratorios Leemec, como se llamaba la empresa antiguamente, cuando solo se dedicaba a la investigación de productos para la salud. Nunca se había atrevido a inspeccionar los manuscritos depositados en una apartada caja, colocada en la parte superior de la repisa, pero esa tarde la abrió para encontrarse con una hoja suelta que decía: ¡Al fin lo logré! y más abajo lo que parecía una extensa fórmula que, después de un signo de igualdad, resaltaba en grande GNInt05.

Hamilton, inducido por una irrefrenable curiosidad, registró concienzudamente el cajón, sin embargo, los demás documentos no parecían tener relación con esa primera hoja que anunciaba, según su imaginación, un gran descubrimiento. Consciente como estaba de que, de todas maneras, aquello era un lenguaje incomprensible para él, que solo se manejaba dentro de la administración y la informática, decidió hablar con Ferguson, el ingeniero en bioquímica encargado de los laboratorios. Después de examinar la página con evidente interés, el experto dijo con extraña curiosidad: "Estoy seguro de que se trata de la identificación de un gen escondido dentro de la cadena de ADN; de acuerdo con esto, todos lo tenemos, pero es necesario activarlo, una vez que se identifica y se logra aislarlo".

Unas cuantas preguntas se cruzaron en su conversación, mientras revisaban con expectación los papeles de Roger Lee, qué podía hacer aquel gen en los humanos, cómo logró obtenerlo, cuál fue el procedimiento que utilizó, por qué nunca se supo nada del descubrimiento… "¿Y si todo es una mentira?" preguntó de repente el joven Hamilton, pero Ferguson le respondió enseguida que la fórmula en el papel la había escrito alguien que conocía muy bien lo que hacía, de lo contrario él ni siquiera se hubiese molestado en indagar sobre el asunto. Nada encontraron, sin embargo, sobre el proceso de investigación ni los detalles de los resultados y la única pista sobre la posible efectividad del gen estaba, de manera escueta, escrita en unas notas sueltas: "Implantamos el GNInt05 al mono y la enfermedad desapareció inmediatamente".

Durante tres días buscaron sin descanso algún indicio que les aclarara aquel misterio, pero todo parecía en vano. "Es inútil, se quejó el ingeniero hastiado de revisar documentos, el señor Lee se llevó a la tumba toda la información sobre este asunto", y se retiró hacia su lugar de trabajo, sin muchas ganas de continuar en aquellas pesquisas. "Yo no pierdo las esperanzas de encontrar algo que nos despeje esta incógnita, comentó Hamilton con determinación, quizás no hemos buscado en el sitio indicado". No había terminado de hablar cuando se acordó, de repente, que al antiguo jefe de almacén, un hombre malencarado y de pocas palabras lo apodaban El Mono; hacía dos años ya que estaba jubilado, pero trabajó en la empresa desde su fundación.

Buscó en el expediente la dirección de Alfred Echenique, el verdadero nombre de El Mono, llamó a Ferguson para que lo acompañara y salieron apresurados a ver si aquel hombre que laboró en tiempos de Roger Lee tenía algunas respuestas que solventaran su curiosidad. Lo encontraron trabajando en el hermoso jardín que estaba al frente de su casa. Después de los saludos iniciales, le preguntaron, disimulando su ansiedad, sobre el gen GNInt05, pero él respondió con severidad: "el señor Roger, antes de fallecer, me hizo prometerle que no hablaría de eso con nadie"… Hamilton y Ferguson, emocionados porque habían encontrado la pista correcta, le aseguraron que no tenían malas intenciones, deseaban más que todo conocer con certeza qué hacía el gen en los humanos y si era posible obtenerlo sin dificultad.

— Solo puedo decirles algo sobre eso, aseguró Echenique, si cumplen con las instrucciones que dejó Roger: debe ser un procedimiento exclusivo llevado a cabo por su empresa y aplicado a toda la población por igual, -y les hizo firmar los documentos notariados que había dejado preparado el fundador de Laboratorios Leemec-. El GNInt05, les declaró luego, es un gen inteligente que repara cualquier anomalía en la cadena de ADN, desaparece cualquier enfermedad del organismo. A mí me sanó de un agresivo cáncer de páncreas y de todas sus secuelas y a la esposa de Roger le erradicó una diabetes hereditaria. Ahora lo único que deseo es que se reconozca el legado de mi amigo y el reconocimiento mundial de su empresa, tal como él lo soñaba antes de morir repentinamente en un accidente de tránsito. El gen está activo en mi sangre y las indicaciones para aislarlo fácilmente y aplicarlo las tengo aquí en casa guardadas.




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