Dos tiempos

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John le devolvió la sonrisa, tomó la tarjeta, esta tenía un perfume delicado, sutil, de inmediato la metió en el bolsillo de su chaqueta, tomó su maletín y luego un taxi. Ya en camino a la oficina, llama a su esposa, la saluda y le dice que va llegando a la ciudad y que tuvo un buen viaje, que regresaría en 3 días según el itinerario.

Al llegar a la oficina, Patricia le indica que tiene una reunión a las 3 de la tarde, por lo que tenía 3 horas para ir almorzar, cambiarse y regresar.

Al estar en el hotel, luego de asearse y cambiarse de ropa, baja al restaurant para almorzar, pero en la entrada del bar ve a Tina sentada con una copa de vino, se detiene a saludarla y le dice:

• Pequeña la ciudad que nos ha encontrado nuevamente!

• Sr John, un gusto encontrarlo aquí.

• El placer es todo mío Tina, respondió John, ¿está esperando a alguien? Pregunta con cautela.

• No, solo estoy de paso, nada interesante.

• Cómo una señorita como usted anda sola en una ciudad tan grande como ésta? Permítame invitarla a almorzar.

Tina aceptó con un gesto de interés. Se dirigieron al comedor y se sentaron en una mesa al lado de una gran ventana.

• Qué le gustaría comer? Preguntó John.

• Sorpréndame, tiene cara de ser un conocedor de las artes culinarias de esta ciudad. Sonrió con cierta picardía.

John ordenó dos platos, vino, postre. Luego de un suculento almuerzo y una amena conversación, se despide de Tina con un apretón de manos.

Al salir, lo esperaba el chofer de la empresa para llevarlo a la reunión. Al llegar a la oficina, Patricia le da parte de los pendientes en su agenda, señala que todo está listo para la reunión con los nuevos inversionistas en la sala de juntas. Le informa que en la noche debe asistir a un brindis en casa del Alcalde.

Al llegar la hora de la reunión, le pide a Patricia que le avise apenas se hayan instalado en la sala los inversionistas. Al rato Patricia lo va a buscar para informarle que ya es hora. Al llegar a la sala, entre las personas que se encontraban, se sorprendió al ver a Tina.

Se acerca y estrechando su mano le dice:

• Es asombroso como el destino se empeña en encontrarnos, de haberlo sabido la hubiese traído en el coche. Tina también sorprendida no puede evitar mostrar su alegría al ver nuevamente a John.

• Parece que tenemos un objetivo en común, vengo representando a mi abuelo, quien está interesado en hacer negocios con usted.

• Excelente coincidencia, será mejor entonces que empecemos.

Dicho esto, inicia la reunión de negocios, preguntas van y vienen, Tina demuestra mucha habilidad en el manejo financiero, John está impresionado.

Al finalizar la reunión, acuerdan llevar a cabo la negociación, por lo que deciden brindar. Se destapa una botella de champaña y los presentes muy alegres brindan por el éxito de la operación y las ganancias que ambas partes obtendrían.

Al despedirse, Tina le da la mano a John y le dice que irá al hotel a cambiarse ya que tiene que asistir a un brindis en la casa del Alcalde. John le responde:

• No puede haber tanta casualidad, yo debo asistir también. Si me lo permite, le diré al chofer que la lleve a su hotel y luego pasaré por usted para que lleguemos juntos, si no tiene problema. Tina asiente con una gran sonrisa.

Se despiden, luego John llama a su esposa, le cuenta sobre la negociación y que finalmente ésta se ha llevado a cabo, su esposa lo felicita muy emocionada. John le dice que tome el primer vuelo a Canberra, que la espera en el hotel, ella le responde que no entiende su temor a los aviones, pero siempre la envía a ella a que tome un vuelo, ambos se ríen.

A las 6 de la tarde, la esposa de John, Deymar, llega al aeropuerto, y John la estaba esperando con un pequeño ramo de rosas rojas, la abraza y van para el hotel, conversan un buen rato.

Llegado el momento, salen del hotel, pasan buscando a Tina y es cuando John le presenta a su esposa:

• Amor, refiriéndose a Deymar, ella es Tina, mi nueva socia, casualmente abordamos el mismo autobús y almorzamos en el mismo hotel, es mi nueva socia. Tina, ella es mi esposa Deymar, la mujer de la que te hablé desde el primer momento en el autobús, y durante el almuerzo.

• Un placer señora, responde Tina emocionada, al fin la conozco, su esposo me habló mucho de usted.

• El placer es todo mío Tina, mi esposo me comentó sobre usted.

Invito a mis amigos @rmm31, @samynathy y @leonciocast a participar de esta interesante actividad.

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