Qué Ver en los Alrededores de Fisterra: Naturaleza Salvaje, Historia y Magia Atlántica

in #finisterre4 months ago

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Fisterra, conocido como “el fin del mundo” por los antiguos romanos, es mucho más que el mítico final del Camino de Santiago. Situado en la impresionante Costa da Morte gallega, este rincón de Galicia no solo ofrece paisajes que quitan el aliento, sino también una esencia espiritual, salvaje y profundamente gallega. Pero lo más fascinante es lo que lo rodea: pequeños pueblos marineros, acantilados imponentes, playas vírgenes y lugares cargados de leyenda que hacen que cualquier visita se convierta en una experiencia inolvidable.
Si estás planeando una escapada a Fisterra, no te limites solo al faro o al casco histórico. Los alrededores están llenos de rincones mágicos, perfectos para los amantes de la naturaleza, la fotografía, la historia y la tranquilidad. En este post te contamos qué ver cerca de Fisterra para que descubras el alma de esta tierra en cada curva del camino.

  1. Muxía y el Santuario da Virxe da Barca
    A solo 30 minutos de Fisterra se encuentra uno de los lugares más emblemáticos de la Costa da Morte: Muxía. Este pueblo pesquero combina belleza natural con misticismo gallego. El Santuario da Virxe da Barca, encaramado frente al Atlántico, es un lugar cargado de espiritualidad, leyendas marianas y piedras mágicas. El entorno, con el mar golpeando con fuerza las rocas, es pura poesía salvaje.
  2. Cascada do Ézaro
    Es uno de los secretos mejor guardados de Galicia. A unos 25 km de Fisterra, en el municipio de Dumbría, se encuentra la única cascada de Europa que desemboca directamente en el mar. La Cascada del Ézaro, formada por el río Xallas, es un espectáculo natural impresionante, especialmente cuando está iluminada por la noche. Puedes acceder por pasarelas de madera y disfrutar también del mirador del Ézaro, desde donde se ve la costa en todo su esplendor.
  3. Monte Pindo: el Olimpo Celta
    Conocido como el “Olimpo sagrado de los celtas”, el Monte Pindo es una de las montañas más mágicas de Galicia. Se encuentra muy cerca del Ézaro, y ofrece rutas de senderismo entre formaciones graníticas, vegetación atlántica y vistas alucinantes sobre la costa. Según la tradición, era un lugar de culto ancestral donde los antiguos gallegos realizaban rituales paganos.
  4. Playa de Carnota
    Con más de 7 km de longitud, la Praia de Carnota es la playa más larga de Galicia y una de las más vírgenes. Su arena blanca, su mar salvaje y el entorno natural la convierten en un paraíso para los que buscan desconectar. Además, puedes visitar el hórreo de Carnota, uno de los más grandes de Galicia, símbolo de la arquitectura popular gallega.
  5. Corcubión y Cee
    Estos dos pueblos, muy cercanos a Fisterra, son perfectos para dar un paseo tranquilo, comer marisco fresco y empaparse del ambiente marinero. Corcubión es pequeño pero encantador, con casas señoriales, callejuelas empedradas y vistas al puerto. Cee, un poco más grande, es ideal para hacer compras o visitar alguna exposición cultural.
  6. Ruta dos Faros (O Camiño dos Faros)
    Si te apasiona el senderismo, no puedes perderte tramos de la Ruta dos Faros, un recorrido de 200 km que une Malpica con Fisterra bordeando la costa. Algunos de los tramos más espectaculares están precisamente cerca de Fisterra, con vistas al mar, acantilados, playas escondidas y paisajes únicos.
  7. Castro de Duio
    Para los amantes de la historia, el Castro de Duio es una joya arqueológica poco conocida. Situado en las afueras de Fisterra, fue un asentamiento prerromano con importantes hallazgos. Según la leyenda, aquí se encontraba la ciudad de Dugium, que fue tragada por el mar como castigo divino.
    Fisterra es solo el inicio de un viaje mucho más profundo: el descubrimiento de una Galicia indómita, espiritual y llena de rincones que te roban el alma. Los alrededores de Fisterra ofrecen una mezcla perfecta de paisajes naturales, leyendas celtas, historia ancestral y pueblos con encanto.
    Si decides explorar esta zona mágica de la Costa da Morte, prepárate para sentir la fuerza del Atlántico, perderte en carreteras secundarias y enamorarte de una tierra que, una vez la pisas, no se olvida jamás.