Rica taza de café
El café, esa bebida oscura y aromática que despierta los sentidos y acompaña incontables momentos de la vida cotidiana, posee una historia rica y fascinante que se entrelaza con la cultura, la economía y la sociedad de numerosas naciones. Se cree que su origen se sitúa en las tierras altas de Etiopía, donde la leyenda cuenta que un pastor llamado Kaldi observó el comportamiento enérgico de sus cabras tras consumir unas bayas rojas.
Desde sus humildes comienzos, el cultivo y consumo del café se extendieron por el mundo árabe, convirtiéndose en una parte integral de su cultura y dando lugar a la apertura de las primeras cafeterías, centros de encuentro social e intelectual. Posteriormente, durante los siglos XVII y XVIII, el café llegó a Europa y, a pesar de la inicial resistencia, rápidamente se popularizó, transformando las costumbres sociales y económicas del continente.
Con la expansión colonial, el café se introdujo en diversas regiones tropicales del planeta, encontrando en América Latina y Asia las condiciones climáticas ideales para su cultivo. Países como Brasil, Colombia, Vietnam y Etiopía se consolidaron como importantes productores, marcando la economía y el paisaje de sus territorios.