Love, the perfect ingredient || Amor, el ingrediente Perfecto [ENG /ESP ]
Today was one of those days where my heart beats more excitedly than usual. I woke up early, put on my favorite apron, and turned on the oven, the one that has so often been an accomplice to my cravings and experiments. I had a clear goal: to prepare a tray of brownies for my get-together with friends. But they wouldn't be just any brownies. No. Today I wanted them to taste of effort, love, and dedication.
While the mixture was baking, the aroma of chocolate filled the entire house. Then came the part I enjoy most: decorating. I left some with their smooth coating, while others I topped with generous portions of dulce de leche, giving them that homemade touch that reminds me so much of afternoons at my grandmother's house.
Once they were ready, I paused for a moment to admire them. How beautiful they turned out! I took a photo, like someone who treasures a small triumph, and packed them carefully. I knew I should also bring some individual pieces, for those who wanted to take a little piece home. So I prepared little bags, one by one, as if each one were a small gift.
Today I didn't just bake brownies. Today I baked joy, memories, and a little piece of my love for what I do. And there's nothing that fills my soul more than seeing a smile brought on by something made from the heart.
Hoy fue uno de esos días donde el corazón late con más emoción que de costumbre. Me desperté temprano, puse mi delantal favorito y encendí el horno, ese que tantas veces ha sido cómplice de mis antojos y experimentos. Tenía un propósito claro: preparar una bandeja de brownies para la reunión con mis amigas. Pero no serían unos brownies cualquiera. No. Hoy quería que supieran a esfuerzo, a cariño, a dedicación.
Mientras la mezcla se horneaba, el aroma a chocolate inundaba toda la casa. Después vino la parte que más disfruto: decorar. Algunos los dejé con su cobertura lisa, otros los coroné con generosas porciones de dulce de leche, dándoles ese toque casero que tanto me recuerda a las tardes en casa de mi abuela.
Una vez listos, me detuve un momento a admirarlos. ¡Qué bonitos quedaron! Tomé una foto, como quien guarda un pequeño triunfo, y los empaqué cuidadosamente. Sabía que también debía llevar algunos individuales, para quienes quisieran llevarse un pedacito a casa. Así que preparé bolsitas, una por una, como si cada una fuera un pequeño regalo.
Hoy no solo horneé brownies. Hoy horneé alegría, memorias y un pedacito de mi amor por lo que hago. Y no hay nada que me llene más el alma que ver una sonrisa provocada por algo hecho con el corazón.
