The day has come to say "I do."( 🥰 ) Llegó el día de decir "Si Quiero" [Eng /Esp]
There are days that seem to be written by life itself, days when time stands still to let us etch a unique moment into our hearts. Yesterday was one of those days: the wedding of two souls who learned to walk together, Martín and Betsy, my dear friends of the heart.
From early in the morning, the air carried a different scent—a mix of fresh flowers, knowing smiles, and an emotion that could be felt in every corner. Between glances that spoke without words and hands that sought each other, they took the steps toward the desk where the marriage certificate awaited them, that piece of paper that would be much more than a document: the symbol of an eternal promise.
Martín was the first to sign, with a serenity that concealed the emotion of someone who knows they are doing the right thing. Then Betsy, with a soft, radiant smile, placed her signature as if drawing a “yes” for a lifetime. And so, in just a few strokes, they sealed a commitment that goes far beyond ink: the commitment to keep building their story, day by day, shoulder to shoulder.
The embrace they shared afterward was the most beautiful answer of all. There were no long speeches, because none were needed; everything was already said in their gestures, in their eyes, and in the warmth of their intertwined hands.
Being there, so close, was a gift. Martín and Betsy, thank you for allowing me to witness this intimate and powerful chapter. I wish you a life where complicity is the bridge in difficult days, respect is the foundation of every decision, and love is the light that guides all your paths.
💍💐💖 Long live the newlyweds!
Hay días que parecen escritos por la vida misma, días en los que el tiempo se detiene para dejarnos grabar en el corazón un momento único. Ayer fue uno de esos días: el casamiento de dos almas que aprendieron a caminar juntas, Martín y Betsy, mis queridos amigos del alma.
Desde muy temprano, el aire llevaba un aroma distinto, mezcla de flores frescas, sonrisas cómplices y una emoción que se respiraba en cada rincón. Entre miradas que hablaban sin palabras y manos que se buscaban, ellos dieron los pasos hacia el escritorio donde los esperaba el acta, ese papel que sería mucho más que un documento: el símbolo de una promesa eterna.
Martín fue el primero en firmar, con una serenidad que escondía la emoción de quien sabe que está haciendo lo correcto. Luego, Betsy, con una risa suave y luminosa, dejó su firma como quien dibuja un “sí” para toda la vida. Y así, en un par de trazos, sellaron un compromiso que va mucho más allá de la tinta: el de seguir construyendo su historia, día tras día, hombro con hombro.
El abrazo que se dieron después fue la más hermosa de las respuestas. No hubo discursos largos, porque no hacían falta; todo estaba dicho en sus gestos, en sus miradas y en la calidez de las manos entrelazadas.
Estar allí, tan cerca, fue un regalo. Martín y Betsy, gracias por permitirme ser testigo de este capítulo tan íntimo y poderoso. Les deseo una vida donde la complicidad sea el puente en los días difíciles, el respeto la base de cada decisión, y el amor la luz que guíe todos sus caminos.
💍💐💖 ¡Que vivan los novios!
