Elige una palabra, pinta una historia #24

  La imaginación es un elemento clave para lograr desarrollar la creatividad y, si queremos fomentarlo en nosotros, esta dinámica auspiciada por nuestra amiga @senehasa es ideal para ello, porque a través de una palabra mágica, podemos redactar una historia de ensueño. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

Aliada del amor

  Desde el balcón de su casa, Tamara observa el centenar de estrellas que hay en la inmensidad del cielo y, el frenesí que le genera dicho espectáculo estrellado es tan exaltante que, entre suspiros, manifiesta:

¡Qué noche tan hermosa!

  En ese momento, un joven forastero que está llegando al pueblo, pasa cabalgando suavemente y, al ver que Tamara está vislumbrada con el cielo estrellado, detiene al equino para no interrumpirla en su concentración y, se queda observándola durante varios minutos.

  Mientras Tamara estaba cautivada con la belleza del firmamento estrellado, Piero entre susurros, le dice a su caballo que el amor a primera vista existe y ha actuado sobre él. En ese momento, la brisa golpea tan fuerte el rostro de Tamara que, voltea y, su mirada queda en dirección hacia el joven forastero.

  Las miradas se cruzaron entre ellos. Los latidos del corazón no se hacen esperar y, ambos sienten unos cosquilleos recorrer cada rincón del cuerpo hasta el punto de hacerlos sentir que tienen mariposas volando enloquecidamente en el estómago, pero ninguno deja de mirarse. Para Tamara, el vislumbro por el cielo estrellado pasó a segundo plano y, el amor a primera vista también le llegó a ella.

  El tiempo se ha paralizado para Tamara y Piero, pero en el cielo, la luz de la luna también comienza a aparecer. Los ilumina tanto que, ella rompe el silencio que había en ese momento y le dice que no se vaya, porque va a bajar. Piero, emocionado, baja de su caballo, se arregla la camisa, también se piensa, porque su cabello estaba revoloteado y, sin perder más tiempo, se dirige al jardín de la casa para esperar que la joven salga. Finalmente, están frente a frente, se toman de la mano para saludarse y, entre palabras cortadas por los nervios que sienten, dicen sus nombres.

Me complace conocerte

  Dicen al unísono. La algarabía que sienten es tan grande que, brillan como la luz de la luna. Después de conversar por casi hora y media, Piero, como el buen caballero que es, invita a Tamara a dar un paseo en caballo y, ella, con una sonrisa risueña, le responde que sí.

  Entre la cabalgata y una extensa conversación, la noche transcurrió. El amanecer está a la vista y, los risueños enamorados se ríen al percatarse de que perdieron la noción del tiempo; sin embargo, esto no opaca la felicidad que sienten.

  El calendario avanza aceleredamente y, los jóvenes enamorados aun se frecuentan. El cariño que siente uno por el otro no deja de crecer y, están tan enamorados que, brillan como la luz de la luna. Han transcurrido dos años de esas extensas caminatas amorosas que emprenden cada noche, Piero siente que ha llegado el momento idóneo de pedirle matrimonio a Tamara y, para esa noche tan especial, se asegura de que la luna llena los acompañe, ya que ella será testigo de ese momento tan mágico.

  El firmamento está estrellado; tal cual como sucedió aquella noche cuando se conocieron. El ululeo de los búhos que se ocultan en los árboles no se hace esperar y, el escenario está tan romántico que, Piero aclara su voz, arrodillado, fija su mirada con la de Tamara, le manifiesta:

Teniendo a nuestra aliada del amor como testigo, te pregunto: ¿Quieres ser mi esposa?

  Tamara, sin ninguna pisca de duda le responde con un enternecido sí. Piero, entusiasmado con la respuesta que le han dado, carga a su futura esposa y ambos, entre risas, gritan lo mucho que se aman. Ante la deslumbrante felicidad, los búhos salen del lugar donde estaban y, los rodean mientras ululan con más intensidad.

  Piero y Tamara son una leyenda romántica en el pueblo. Todos los pobladores que conocen su historia de amor, sienten admiración por ellos y, desde el día que se casaron, ambos aseguran que la luna los embriagó de amor para toda la eternidad.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!