Marisela iba todas las tardes al restaurante cercano a su hogar, a diferencia de otras mujeres de su edad y de su época pedía una cerveza mientras las otras solían solicitar un café… “Tan linda y sin novio” era el comentario generalizado entre sus vecinos, inclusive familiares, mientras los amigos cercanos le buscaban pareja constantemente.

Amaba leer, pasar la horas allí surcando los mares de su imaginación e inteligencia y de verdad se veía linda, bonita…tan bella y clara de lo que quiere y como lo quiere, tan del viento, tan viajera, se cansó de lidiar con tontos inseguros que querían abusar de su nobleza además de solo pretender encarcelarla dentro de un hogar sin rejas pero con muchas prohibiciones, a cambio de un “matrimonio”. No necesitaba de eso, se enamoró de ella, veía el amor como algo libre no una tarea que cumplir ni un requisito para encajar en un núcleo social.

Frecuentemente pasaba antes por la librería, escogía detalladamente el libro que compraría, no se fiaba de la portada bonita, leía medianamente el inicio y solo si la convencía de verdad lo compraba. Trabajaba de maestra particular, enseñando idiomas….estoy seguro que ya llegará el momento de verla entrar acompañada de alguien, que esté a su altura emocional e intelectual, mientras ella dibuja recuerdos bonitos de su andar por la vida, sin prisa, respirando hondamente de vez en cuando….Nunca le dije que mi sueño era ser yo su compañero… la admiraba como algo lejano, inalcanzable porque Cupido le lanzó una flecha a su propia imagen en el espejo…

Atentamente….El mesonero.