Así es mi estimado hermano. En esa ocación muchos opinaron que era que me daba pena lavar platos y otros que fue por soberbia u orgullo y ni uno ni lo otro, sino valorarme como ser humano, y lo vi también como una injusticia y un despido indirecto. Además yo había superado esa etapa y para atrás ni para tomar impulso.

Lo que pasó luego fue que un amigo me consiguió empleo en una famosa concesionaria automotriz, como depositario en el departamento de repuestos y seguía entudiando mi carrrera de profesor, hasta que me gradué y comencé a ejercer mi profesión hasta mi jubilación.

Lo que aprendí en el restaurant lo apliqué cuando con mi compañera de destino y yo formamos un negocio donde vendíamos desayunos y almuerzos.

Igualmente, que tengas una feliz tarde.