Todo empezó hace cinco años cuando dos antisociales se subieron a un autobús y forzaron al conductor y al cobrador a bajarse para luego proceder a ocupar sus puestos. Cuando dieron su testimonio, los pasajeros afirmaron haberse asustado par luego pasar a la incredulidad: los malandros cubrieron la rutas del vehículo, cobraron el pasaje de la gaceta oficial y se detuvieron en las paradas, incluso aceptaron pasajes incompletos a cambio de llevar pasajeros.

La noticia conmocionó a nivel nacional e internacional. Los memes no tardaron en aparecer. Esto era una muestra de algo que ya se había estado desarrollando entre el vulgo y que ya nadie se esforzaba en disimular.

El "gremio", por llamarlo de alguna forma, de barrenderos y de personas que recogen animales muertos en la calle, al ser todos de clase inferior fue el primero en sufrir. Los familiares denunciaron acerca del fallecimiento de sus seres queridos y de la relación obvia para ellos e inexistente para la policía, pero las denuncias quedaron en nada.

Los siguientes en caer fueron los buhoneros y los vendedores ambulantes. Hubo un momento en el que hubo tantos puestos de venta que ya se hacían la competencia de forma salvaje ocupando cada metro de acera y de carretera, ofreciendo los mismos productos y peleándose por los pocos clientes que iban de compras cuando no depositaban los bancos.

Cuando los buhoneros y los comerciantes ambulantes empezaron a ocupar las listas de los obituarios, sus familiares también hicieron denuncia. Los agentes de la ley, una vez más, registraron las denuncias y las archivaron, pero no hicieron nada más.

Los siguientes en la lista fueron los vendedores, vigilantes y gente de limpieza en los supermercados, centros comerciales y hospitales. Para este punto, la mayoría de la gente notó a los nuevos "empleados" y comentaban el desplazamiento de los mismos en el día a día, pero no hacían mayores acciones por saber cómo y porqué esto ocurría.

No fue sino hasta que hubo desapariciones y reemplazos entre los estudiantes de policía y los cadetes de las fuerzas armadas que los agentes del gremio decidieron hacer algo al respecto. Esto me da algo de risa porque por lo general, los cadetes de policía y de la milicia se parecen mucho entre ellos: altos, delgados, cabello, piel y ojos oscuros, tienen el mismo contexto socio-económico y, vistos a la distancia o por el rabillo del ojo, todos son iguales. Las instituciones dieron pagos y apoyo a los estudiantes falsos sin hacerse preguntas hasta que los familiares hicieron la denuncia de los robos a los mismísimos policías.

La obtención de trabajo mediante medios honestos, del autoempleo y el choreo de dinero, comida y hasta medicinas llegó a un punto insostenible para la mayoría de la gente. Ya había demasiados comerciantes, vendedores ambulantes, gente que era su propio jefe y la economía se jodía cada día un poco más, que se hubo personas que usurpaban tres o más trabajos para vivir. Incluso familias enteras tomaban puestos de trabajo en ferreterías, zapaterías, lugares de construcción, fábricas de cualquier tipo, farmacias, hospitales y ambulatorios y casi cualquier cosa.

Por alguna razón, nadie se atrevió a tomar el puesto de alcalde, gobernador, diputado ni menos de presidente porque ya nadie tiene tiempo de ir a votar y menos para que todo se quede como está.

Para su información, querido/a lector/a, yo me gano la vida como estafador en línea y, antes de eso, me metía en casas a robar. Crecí siendo pobre por lo que, o hacía esto o me moría. Un amigo mío que me acompañaba en mis incursiones en terreno ajeno consiguió trabajo y cortó conmigo. Yo tuve que continuar un tiempo más hasta que adquirí los conocimientos para hacer robos en internet. Como la mayoría de la gente es aún muy ingenua y necesitada de ingresos extra, son muy vulnerables a estafas y robos en el mundo digital.

Lamentablemente, hay gente que ya está harta también de esta clase de crimen y varios compañeros de robos han sido asesinados por venganza y, también para que otra persona usurpe sus puestos. Ya he tenido que cambiar de domicilio dos veces para salvar mi propia vida.

Hice una versión en inglés:

• Job Robbering