La literatura está llena de textos basados en historias de celos. La obra más emblemática es "Otelo", de Shakespeare. Pero para este concurso organizado por @blessedlife, quise ir un poco más allá. Es decir, aprender algo nuevo e interesante que pudiera compartir con ustedes, y fue así como encontré la historia de Céfalo y Procris. ¿La han escuchado alguna vez? Si no es así, tomen asiento, que se las voy a contar:

Céfalo era un apuesto cazador. Todas las mañanas iba a la selva a buscar alguna presa para comer. Un día, la diosa Aurora, Eos, lo vio y se enamoró de él. Ella trató de seducirlo, pero él le dijo que estaba enamorado de su esposa Procris.

La frustración de Eos la motivó a insinuarle a Céfalo que Procris le era infiel. Fue así como éste ideó pasar ocho años fuera de su hogar para ver cómo actuaba su esposa. Muchos eran los pretendientes que deseaban conquistar a la bella Procris. Sin embargo, ésta se mantenía fiel Céfalo.

Pasado el tiempo, Céfalo decidió volver. Pero se disfrazó de forastero y se empeñó en conquistar a Procris. Ella cayó en la trampa y se acostó con él.

Cuando Procris corroboró que le había sido infiel a Céfalo con él mismo, huyó avergonzada de su casa y se internó en el monte. Allí se encontró con Artemisa, y le contó lo que le había pasado con su esposo. Artemisa le regaló a Procris: una jabalina que nunca fallaba y un perro cazador.

Y ahora le tocó el turno a Procris: Se cortó el cabello y se disfrazó de cazador. Se fue a la selva y le mostró a Céfalo lo infalibles que eran sus instrumentos de cacería.

Céfalo quedó encantado con la jabalina y con el parro, y le ofreció al forastero (Procris) todo lo que tenía a cambio de estos. Pero nada convencía a Procris hasta que dijo:

Te entrego la lanza y el perro si me satisfaces sexualmente.

Céfalo aceptó, y cuando el forastero se desvistió, Céfalo comprobó que era Procris. Fue allí cuando ambos reconocieron que habían caído en una trampa, y lograron reconciliarse como pareja. Sin embargo, nada volvió a ser igual entre ellos; la sombra de la desconfianza los perseguía a todos lados.

Cuando Céfalo salía a cazar, Procris se imaginaba que Eos lo seducía, y él caía rendido a sus pies. Por eso un día, decidió seguir a Céfalo a la selva, y se escondió tras una maleza.

Céfalo escuchó unos ruidos extraños, y creyendo que era un animal que lo acechaba, lanzó la infalible jabalina, y se la clavó en el pecho a Procris, quien murió casi al instante.

Así terminó esta historia de amores, dudas y celos.

Realmente, la inseguridad en el otro nos hace ver fantasmas donde no hay.

Semejante a este mito de Céfalo y Procris es la historia de la canción de "La cita", interpretada por Leonardo Favio, que luego se hizo muy popular en versión de salsa, cantada por Galy Galiano.

En este tema se narra la historia de un esposo que le escribía cartas a su esposa haciéndose pasar por otro. En una de las tantas cartas, el esposo pautó un encuentro con su esposa y allí se descubrió toda la verdad.

Las palabras del esposo hacia su mujer son ofensivas y dolorosas:

Pasa y siéntate
Tranquilízate
Al fin ya estás aquí, qué más te da
Imagínate que yo no soy yo
Que soy el otro hombre que esperabas ver
Un desconocido que te ha escrito un verso
Y te dibujó la Luna en un trozo de papel
Un amante improvisado, misterioso, apasionado
Que te dio una cita en este hotel
Desnúdate ahora y apaga la luz un instante
Y hazme el amor como lo haces con esos amantes
Te juro que hoy es la última vez que te burlas de mí
Que me engañas
Y fueron mis manos las que te escribieron la carta
Han sido mis celos los que te pusieron la trampa
Es mi corazón el que llora de pena por dentro
Pero te dejo y me marcho para siempre...