Concurso de Arte y Escritura #160 "Las comadres"
En las comunidades de ayer, no habían medios de comunicaciones a través de los cuales Las comadres podían realizar conversaciones amenas y cuando se trataba de hablar de terceros, y además la causante era la vecina, el tema se convertía en un asunto interesante, por lo cual, se hacía necesario un lugar sin paredes, porque había un dicho en aquel entonces "las paredes tienen oidos" era necesario un lugar al aire libre y nada mas perfecto que el "Boulevar Abel-Truchet"
Marina y Nélida eran dos damas a las que les gustaba hablar y hablar, se conocía desde su juventud, las dos coincidian en su gusto por conversar de los demás, lo disfrutaban; estudiaron juntar en la secundaria, y como amigas, consolidaron su amistad prometiéndose una a la otra, que al nacer su primer hijo, la otra lo bautizaría y así cada una fue madrina de los niños de cada cual, fueron las comadres más comprometidas con sus respectivos ahijados. Cada vez que sucedia "algo" en el sector donde vivian, lo platicaban en citado Boulevar.
Esta vez cada una tenía una primicia y se invitaron una vez más, el chisme estaba saliendo del horno. Así que llegó el día del encuentro y decidieron encontrarse de nuevo en el Boulevar de la pequeña Ciudad Parisina, la primera en llegar fue Marina, ella bien emperifollada, en su mente se paseaban todas las palabras y conjeturas que ya tenía de su vecina, quien será la protagonista principal de toda la conversación que tendría con la comadre Nélida, quien por cierto ya estaba tardando mucho, como siempre.
Se cansó de estar de pie y se sentó en uno de los bancos del lugar, entonces llegó un transeunte y se le sentó al lado, miró a su alrededor y justamente del otro lado estaba "Don Fernando", el papá de la vecina, allí mirando unos sombreros detrás de una vidriera, ella se decía entre dientes "verdaderamente a éste le hace falta otro sombrero, por lo menos de otro color para variar y debe tener cuidado con ese bastón, porque que ya no soporta su gordura jejejeje.
Marina seguía pensando entre si misma, y si este no se me quita del lado, mi comadre no podrá sentarse, entonces levantaba su rostro con la esperanza de que Nélida llegara en uno de esos carruajes tirados por caballos, y la comadre nada que llegaba, entonces cuando miró hacia el frente se dice, será que pasamos a la cafetería y luego recuerda el dicho y si es verdad "que las paredes tienen oidos_ ¡no! mejor la espero por aquí, pero mas allá, no sea que este conozca a la vecina y ¡que oiga su papá, menos!...y seguían pasando carruajes y la comadre Nélida nada que llegaba.
De pronto, al mirar hacia atrás, observó que la comadre venía, emocionada porque el objetivo de su cita en ese lugar se concretaría, y como el ciudadano que se le sentó al lado permanecía allí, Marina inmediatamente se levantó del banco y salió al encuentro de la señora Nélida, la intersectó en su andar, luego de un efusivo abrazo y beso de saludo, Las comadres siguieron caminando, como que se trataba de un simple paseo, pero lo que nadie sabía era el chisme calientito del que debían deliberar en esa tarde parisina, en el Boulevar Abel-Truchet.
FIN
Invito a los amigos @tanay123, @valentinaalvarez, @miyexi, para que se unan a esta excelente dinámica que nos presenta la amiga @solperez.
Todas las fotografías fueron tomadas con mi teléfono y exclusivas para Steemit.