RE: Arte y Escritura #154: Una vida inesperada
La vida a veces tarda en regalarnos esos momentos de felicidad, o quizás muchos de nosotros mismos, somos quienes tardamos en abrir las puertas a la felicidad... Es triste cuando suceden situaciones así... Un día se está feliz y al otro algo inesperado con un desenlace fatal. Sin embargo, no creo que no lo mejor sea cerrar las puertas... Eso es como aferrarse a algo que ya no podrá ser, algo que seguirá causando dolor. Hay muchos que critican cuando alguien que ha perdido a un ser amado repentinamente se involucra con alguien más, pero yo por mi parte, pienso que nadie debe estar solo y que necesita de alguien que esté allí para hacerle compañía. En el caso de Mery, aunque tuvo un hijo de Federico que le dió fuerzas para continuar, debe saber que tarde o temprano su hijo tendrá su propia familia a quien cuidar y por quién velar.