Dato curioso del día / Sobre las inundaciones en Los Andes

Desde hace un par de días ha llovido a cántaros en toda Venezuela, especialmente en la región andina, a lo largo de los estados Táchira, Mérida y Trujillo e incluso en entidades aledañas como Barinas, Apure, Portuguesa y Cojedes. Todo este fenómeno ha traído como consecuencia una serie de inundaciones y deslaves que han dejado damnificadas a miles de personas y hasta ahora no se sabe a ciencia cierta cuántas personas han fallecido por dicha causa. Lo más evidente, según nos muestran los reportes de los usuarios en las redes y lo que nos informan nuestros familiares gochos, es la afectación a la infraestructura o, lo que es lo mismo, las vías, puentes, viviendas, etc.

Uno de mis sobrinos me ha informado sobre la muerte de una persona en la población de Timotes. Se trataba de un joven que, al percatarse que la creciente estaba a punto de llevarse a una casa, se le ocurrió correr a desatar a un par de perros que estaban amarrados, pero no le dio tiempo de retirarse y fue arrastrado violentamente por la corriente del río que creció de forma endemoniada el día 24 de junio. El muchacho desapareció entre la masa de barro y rocas y hasta el día de hoy no se ha sabido más nada de él.

Controlar las inundaciones no es cosa de soplar y hacer botellas, pues es una tarea que demanda de una serie de aspectos, especialmente los económicos; pero, además, está la variable cultural; o dicho de otra manera, está la ignorancia o la indiferencia de las personas. Es decir, si a sabiendas de que un río crece de vez en cuando, y que lo hace con gran intensidad, hay gente que se arriesga y construye sus viviendas a escasos metros del cauce ordinario, por donde normalmente discurre un riachuelo de uno o dos metros de anchura, con la idea descabellada de que ese mismo río jamás volverá a crecer como algunas veces lo hizo. Craso error.

Hasta el día de hoy, toda una serie de centros poblados a lo largo de la carretera Transandina quedaron aislados a causa de los embates de las fuertes lluvias, las que no solamente ocasionan un aumento desmesurado en la escorrentía, sino que también propician lo que en geología se le conoce como "movimientos de tierras", conocidos normalmente como derrumbes o deslizamientos.

Para el caso de Timotes, la creciente del río Motatán ha colapsado algunos tramos de las vías de acceso, ha eliminado o dañado puentes, ha demolido total o parcialmente cierto número de viviendas e inclusive ha desaparecido del mapa una buena cantidad de parcelas destinadas a la agricultura, la forma de vida de los habitantes de la zona.

Amanecerá y veremos, pero las autoridades nacionales ante la quiebra económica que ellos mismos le han propinado al país, lo que se supone es que ayudarán en muy poco o en nada.