Definitivamente, cuando uno anda filosofando puede establecer conexiones entre elementos y seres tan disímiles y distantes como Ito y Judas... y hacerlo muy bien.
Esto fue como hojear un diccionario y construir historias con un puñado de palabras elegidas al azar y, sin embargo, establecer relación lógica y coherente entre ellas.
Supongo que en eso consiste la reflexión filosófica, en dejar fluir el pensamiento y que él nos dirija; no dirigirlo nosotros a voluntad.
Con tu reflexión filosófica me hiciste recordar mis noches de insomnio (yo normalmente tenía sueño hasta que me mandaban a dormir porque sí, porque ya era hora de dormir) con la luz de la habitación apagada. ¡Yo pensaba cada tontería que ni te imaginas! Recuerdo que en una ocasión me dio por pensar en la muerte y lloré a mares.
Con respecto a la finalidad o propósito de los seres, bueno, ni hablar. Ahí hay para una enciclopedia. Sin embargo, para resumir, suscribo tus palabras
incluso, los seres más molestos tienen un sentido
De niña, cuando conocí a Judas a través de una de esas películas que transmitían en Semana Santa yo sentí simpatía por el personaje porque no me parecía un hombre malo sino un ser un poco distraído. Luego me "enseñaron" que no era distraído sino que andaba urdiendo una traición y, por lo tanto era muy malo y que no debía sentir empatía por él. Así aprendí a rechazar su existencia o el papel, la misión, que le tocó cumplir.
Hay muchas doctrinas que son verdaderas camisas de fuerza para el pensamiento y la concepción libre de las ideas.
En fin, gracias a las divagaciones de nuestra mente podemos ir desde la creación del mundo hasta la picadura de un zancudo que nos visita en una noche de vigilia.
Gracias por la referencia al post de @enrisanti del cual ahora has creado un metatexto. Ya fui a leerlo.
Saludos a la distancia.
No sabes, aunque creo que lo puedes imaginar, la alegría que me da de leer tu comentario... uno de los más excelentes que he leído durante mi travesía en las profundidades oceánicas de #steemit.
Muchísimas gracias por hacerlo, y esto es básicamente lo que debemos hacer a la hora de que alguien recomiende un artículo porque es la fuente donde se origina otras publicaciones.
En mi opinión, toda religión es una camisa de fuerza (lo digo en el buen sentido) porque no hay espacio para especular, indagar, escudriñar en las doctrinas que enseñan, por el contrario, hay que aprenderlas de memoria y hasta defenderlas, aunque no comprendamos en su totalidad que abarcan, y en el caso de Judas, vemos una muestra de esto.
Ya tengo preparado un tema al respecto (para ahondar los pensamientos acerca de Judas) y ver su otra cara, porque, si solo escuchamos a la Caperucita Roja, el lobo siempre será el malo.
Nuevamente, gracias por pasar.
Gracias por tus palabras. Me motivan a seguir comentando, a dar rienda suelta a las palabras.
Coincido contigo en el carácter restrictivo que entraña toda doctrina religiosa. Si dieran libertad para cuestionar una sola idea, se les embochincharía la fiesta.
Estaré atenta a eso que estás preparando en torno a Judas. Hace años leí el Evangelio de Judas. Es un texto ficticio, pero algo de verdadero debe tener. Al menos así lo veo. Voy a revisarlo nuevamente pues hace rato lo perdí de vista. Espero no haberlo prestado.
Con respecto a Caperucita Roja, siempre he pensado que la mala del cuento era la madre de Caperucita. ¿Qué crees tú?
Gracias por invitar siempre a la reflexión.
¡Me encanta tu punto de vista!
La madre manda sola a una niña por el bosque, sabiendo que hay peligros... y encima, sin entrenamiento para enfrentarlos. Tal vez el verdadero error no fue del lobo, sino de quien la expuso.
La capa roja no es solo un abrigo: muchos estudiosos creen que representa la menstruación, el despertar sexual o la pérdida de la inocencia, y el lobo, es una metáfora del peligro (muchas veces, del tipo sexual, en los cuentos originales), porque la historia proviene de la tradición oral europea, que fue transmitida de generación en generación, aunque por primera vez fue publicada en 1697.
Y lo puedes leer en el siguiente enlace: Judas, el Elegido del Silencio.
A veces pienso que los cuentos nos muestran villanos equivocados ¿Tú qué opinas?
La mayoría de las obras clásicas de la literatura han sido analizadas hasta dejar gabazos inútiles de sus historias. La sociología, la lingüística, la psicología, la crítica literaria, la pedagogía y hasta la psiquiatría han hurgado en ellas y han extraído lo que a cada una le interesa. Eso nos lo dan luego y, bueno, si estamos estudiando alguna disciplina en particular, nos vemos obligados a ver según los espejuelos que nos coloca el profesor. En este sentido, el estudio sistemático de las ciencias se parece al adoctrinamiento religioso, porque nadie quiere reprobar por no decir las cosas como se las presentó el profesor de la materia. Pero, bueno, no quiero desviarme.
Hay mucha simbología en el cuento que nos ocupa. Los colores, la edad de la niña, el lobo, el bosque solitario, la casa de la abuelita... ¡el lobo en la cama y la niña cerquitica de él! ¡Ufff! Y, bueno, no es nuevo el tema que presenta. Tú lo has precisado: 1697. Yo soy mala para almacenar datos como ese.
Pero cada cuento tiene sus villanos. Los lectores a veces vemos al que tenemos la libertad de ver; otras, vamos a la historia con los roles preestablecidos por quienes nos la venden, nos la cuentan, nos la van a evaluar. A veces tenemos la posibilidad o nos damos la oportunidad de desechar la versión que nos contaron y encontrar nuestra versión. Oímos las otras voces que también narran dentro del cuento.
Para responder a tu pregunta y no quitarte más tiempo, creo que los cuentos no nos muestran villanos equivocados, creo que en ocasiones nosotros nos equivocamos señalando a los villanos. Los cuentos nos muestran a unos personajes realizando algunas acciones. El lobo actúa como lo haría un lobo y devora a sus presas. Es su naturaleza. ¿Por qué deberíamos esperar que haga otra cosa?
Ahora me iré corriendo a leer lo que dices en Judas, el Elegido del Silencio.
Fue un gusto conversar contigo.