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RE: Un Concurso Misterioso: El intachable amigo que debió marcharse
Qué buen relato, mi amigo. Nos has presentado de manera muy atractiva esa relación breve, pero muy intensa, que puede tener un niño con su amigo imaginario. Destaco la capacidad de Amílcar-niño para decidir la conveniencia o no de esa amistad donde uno parecía ser el jefe, el que impartía las órdenes y el otro se sometía a los dictámenes del que sabe cómo son las cosas. Excelente narrativa.
Un abrazo.
Quizás el Amílcar-niño se encuentra condicionado, en el presente, por el Amílcar-adulto que recuerda aquellos días, pero de todas maneras esa son las consecuencias cuando el amigo imaginario es el Niño Jesús. Gracias por sus invalorables comentarios, amiga. Un gran saludo.