Es impresionante la cantidad de lugares que existen en esta ciudad para conocer y disfrutar. Creo que son unos 7 museos, de los cuales he visitado dos y mañana, probablemente, vaya al tercero, que se relaciona con la vida de lo que conocemos como lejano oeste.

¡He quedado más impresionado con la cantidad de cementerios que veo en la ciudad! De la misma manea, iglesias de cualquier denominación, y a veces, una casi frente de la otra. Los cementerios, a diferencia de los que hay en Venezuela, parecen parques porque, en escasas excepciones, tienen algún tipo de cerca de no más de 1 metro de alto, y por muy viejos que sean, los mantienen impecables.

Las piedras, los minerales y los meteoritos, es una experiencia gratificante, y en esa misma área, hay simuladores de ciclones, así como también un simulador de cómo se forma un Tsunami. Obviamente, hice el del tsumani, pero en el del huracán, hubiese salido despelucado, bueno, con lo que me queda de pelo, jajaja.

No puedo decir otra cosa que, gracias al beneplácito divino, sigo estando en este país, aprendiendo más el idioma, de la cultura, de la gente que ama a los hispanos y de aquello que nos odian, jaja, de estos últimos, también se aprende y mucho.

¡Claro que no todo debe ser trabajo!, sin embargo, en mi caso, me dedico casi al 100% al trabajo, pues, una mente ociosa, es presa fácil para recrear pensamientos que se convierten luego en acciones que seguramente podemos lamentar... y si no, le podemos preguntar al Rey David, quien teniendo el corazón conforme al corazón de Dios, hizo lo que hizo, primero con Betsabé, y después con su esposo Urías.

Muchas gracias, bor, por dejar un comentario.