Me hiciste reflexionar sobre todo lo que representa Steemit, no solo como plataforma, sino como espacio de interacción humana, con sus luces brillantes y sus sombras más oscuras.
Lo que cuentas duele, porque se siente real. La traición, la indiferencia, el abuso del sistema, pero también el amor por escribir, por conectar, por enseñar. Quizás lo más triste es sentir que diste mucho y terminaste “desaparecido” entre algoritmos o egos inflados.
Aun así, valoro que sigas dejando huella. Para algunos, como yo, esas palabras no pasan desapercibidas.
¿Y si no estás muerta, sino que estás renaciendo en una versión más sabia y selectiva?