¡Saludos, amigos!

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José es profesor en la universidad, es invitado a dictar un taller para jóvenes en otra universidad a casi 400 kmts de distancia. Al llegar el día del viaje y llegar a su destino, es recibido por María, la profesora que lo invitó por sus referencias. Durante su estadía de pocos días y el desarrollo del curso, comparten diversas experiencias, conversan y encuentran ciertas afinidades profesionales. Llega el momento de regresar a su ciudad, se despiden. A los pocos días, José le escribe, empiezan a tener más contacto, cada vez más frecuente.

María y José pasan horas hablando, comparten su día a día, llega el momento en que José siente la necesidad de verla y decide viajar a encontrarla. Sin embargo, José a sus cincuenta y tantos años, María a sus cuarenta y tantos, saben que no son unos niños, no saben cómo van a salir las cosas, ambos sienten pero tienen miedo, ambos pasaron por experiencias dolorosas. Llegó José, y al ver a María…

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Se quedó fascinado como siempre, lucía tan espléndida con aquel vestido rojo. Ella, que aún no se había percatado de su preferencia, comenzaba a impacientarse porque ya habían pasado algunos minutos más de la hora que habían acordado. Justo en ese instante levanta la vista y sonríe ya que él está allí, en medio con un enorme ramo de rosas.

Como ya era hábito en ellos, charlaron y las horas parecieron apenas instantes; al darse cuenta, María volvió a su casa y José se alojó en el hotel que quedaba más cercano. Quedaron en verse el día siguiente puesto que José le dijo a María que tenía algo importante que quería decirle.

José sabía que ya no eran unos niños y estaba decidido a que María era la mujer con la que quería estar, por eso el día siguiente se decidió a hacerle la propuesta a María que fue justamente el propósito de su viaje. Al verse para almorzar, le plantea que aunque existe amor y afinidad por ambas partes, es demasiada distancia la que los separa y debido a las responsabilidades de ambos, les es imposible verse tal como quisieran. Le habla de una vacante en la universidad en la cual trabaja y le abre las puertas de su hogar.

María, ciega de amor, acepta sin pensarlo demasiado. La remuneración sería mayor y no tenía nada que la atara a su ciudad, estaba sola ya que no había tenido hijos y su familia se encontraba fuera del país.

Todo marchaba perfecto, así pasaron los meses y parecían vivir en una novela romántica. Un día, todo comienza a cambiar.

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Aunque María nunca antes se había percatado de su gusto por el alcohol, José llega muy tomado a casa, y le pide que le sirva la cena, ella le explica que aún no ha cocinado porque llegó hace poco de hacer las compras luego de salir del trabajo. En eso, José se enfurece de tal forma que intimidó a María y sin pensarlo le da una bofetada que la tumba al suelo. Ella llora, sin reconocer en él al hombre que la conquistó con su caballerosidad.

Al día siguiente, José muy apenado se acercó a María y le dijo que nunca ha sabido llevar el alcohol por eso es que no toma más que un par de tragos, que el día de ayer fue la excepción porque le dieron una muy mala noticia en el trabajo y no supo controlarse, pero que no volverá a ocurrir, que la ama y no se imagina sus días sin ella, a lo que María llorando le perdona y siguen su vida.

Todo iba en mejoría y María decidió olvidar aquella situación pero tras dos meses la historia cambia y ya no solo es una bofetada, se repite este patrón una y otra vez y llegaron los insultos, golpes e incluso intentó forzarla en la intimidad.

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María, no entendía cómo se había convertido en aquella mujer, sumisa y golpeada hasta decir basta, sin saber cómo escapar de ese infierno. Se vió obligada por él a renunciar al trabajo, aislada de la sociedad y solo esperaba atemorizada noche tras noche sin saber cómo llegaría José y que le esperaría. Lo que parecía un paraíso, se volvió la pesadilla más horrorosa que le ha tocado vivir.

Aquella noche, José llegó peor que nunca a su hogar, la golpeó tanto que pronto no se reconocería en el espejo y en un momento entre los efectos del alcohol, tropezó y se golpeó la cabeza contra una decoración en bronce a tal punto que comenzó a sangrar y perdió el conocimiento. María desesperada salió a buscar ayuda y encontró a las autoridades; lo denunció y por fin había logrado ser valiente como para cerrar ese ciclo de su vida.

Tiempo después, vuelve a su trabajo y ahora también ayuda a organizaciones para que ninguna mujer o hombre tenga temor a denunciar, nadie debe ser víctima de la violencia doméstica y hay espacios los cuales los pueden ayudar.

De esta manera finalizo mi participación en este interesante concurso propuesto por nuestro compañero @fjjrg, no sin antes invitar a mis compañeros @haidee, @enrisanti y @marvinvelasquez a participar a través del siguiente Enlace. Muchas gracias a todos por leerme. ¡Saludos y Bendiciones!

Hasta la próxima