Me encanta esa interpretación de que "el tiempo es neutro", porque en verdad, me parece que el tiempo ni se acelera, ni se detiene, ni se vuelve más lento, todo eso pasa en nuestras circunstancias, en los eventos por que estamos experimentando. Somos nosotros los que deseamos que las horas pasen más lenta o más rápidas, de acuerdo con nuestros intereses, pero al tiempo nada de eso le interesa, su oficio es pasar sin pausa y al mismo ritmo.
Nuestro deber, por lo tanto, es entender y planificar el tiempo, pero como no lo podemos controlar, tenemos que admitir que el tiempo de Dios es perfecto, que solo Él dispone exactamente cuándo sucederán las cosas; y eso nos da pie para aceptar que no tiene sentido convertirnos en esclavos del tiempo... Muchas gracias por su participación, amiga. Un gran saludo...