Concurso Día Mundial de los Animales

  Festejar el Día Mundial de los Animales es un acto sublime al que me encanta unirme, porque a través de esta acción, consagramos a estos seres vivos como una especie vital para nosotros y el planeta Tierra en general. Por ello, decir presente en esta dinámica de la comunidad es un gran placer para mí. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  Los animales se caracterizan por ser uno de los seres vivos con más expansión y variedad que habita alrededor del mundo. Estadísticamente hablando, se ha llegado a estimar la existencia de 8.7 millones de especies, acotando que hay una gran posibilidad de que sean más, porque el ojo del hombre no ha logrado conocer aquellos que están en zonas donde aún no se puede ingresar.

  Ahora bien, desde la existencia del hombre se sabe que los animales han tenido contacto directo con el humano; acción que nos permitió domesticar algunas especies y, aquellas que no son posibles de ser domésticos, las apreciamos con cierta distancia cuando están en su hábitat natural. Debido a esto se ha dicho que los humanos son el mejor amigo del animal y, ellos, el nuestro; siendo este un motivo por el cual debemos amarlos y cuidarlos.

  En casa tengo una mascota que se ha ganado el título de ser mi mejor amigo. Su nombre es Rocky y, me acompaña desde el 8 de febrero del año 2019. Él es un gatito muy peculiar, porque a pesar de no ser expresivo y que le gusta mantener un margen de distancia, no le agrada cuando nos alejamos radicalmente de él. Por ello, a su manera, se asegura que desde el lugar donde está, lo vemos y, por supuesto, él a nosotros.

  La convivencia con Rocky es de constante aprendizaje, porque así como él me enseña a quererlo con su singular personalidad, por mi cuenta, hago lo mismo y, desde el día que lo adopté, duerme conmigo, resaltando que a pesar de que tiene su cojín, la esquina de mi cama es más sensacional para él y, no me molesta que sea así, porque saber que está junto a mí mientras duermo, me llena de paz.

  Cuidar a Rocky ha sido una montaña rusa, porque su pasión aventurera siempre lo lleva a tener experiencias que no son muy agradables para él, ya que un par de veces se ha topado con personas que no simpatizan con los animales y, lo han maltratado. Debido a esto, cuando sale a caminar alrededor de la casa, estoy atenta para que no lo lastimen, ya que tampoco puedo prohibirle que deguste unas lagartijas, lleve sol o simplemente coma monte.

  En cuanto a su alimentación se refiere, Rocky come gatarina, filete de sardinas, cada quince días le damos atún y, todas las noches, cena leche. Quiero resaltar que, durante el día, tiene sus tres comidas y, las complementa con la casería que emprende cuando sale. Además de su alimentación, mi gatito toma unas vitaminas, acotando que trimestralmente visita al veterinario; esto ha permitido que esté al día con sus vacunas y libre de pulgas.

  Aunque Rocky no es muy cariñoso con las personas, en su especie felina, tiene buenos amigos y, cuando sale, le gusta visitar a unos gatitos que hay en la cuadra o, ellos lo visitan a él. Por ejemplo, todas las mañanas viene un gato con el que comparte unas amenas tertulias e incluso, el alimento, ya que sabe cuál es la hora en la que Rocky come y, en lo personal, es agradable verlos compartir, porque el factor común es que los gatos se lleven mal.

  Con la intención de garantizar la seguridad de mi mascota, en ningún momento se queda solo en casa. Para esto, nos organizamos en turnos partiendo de las responsabilidades que debemos cubrir estando fuera; esta particularidad que tenemos me ha hecho pensar que por esto es que a Rocky no le gusta la soledad. En una ocasión hicimos el simulacro de irnos todos para ver qué hacía y su reacción fue maullar desesperadamente.

  Sin lugar a dudas, tener una mascota en casa, es una gran responsabilidad que debemos asumir con mucho respeto, ya que en todo momento hay que estar atentos a su bienestar y, asegurarles un espacio cómodo, al igual que seguro es algo que se tiene que procurar, porque de lo contrario, la experiencia con este ser vivo va a ser desagradable y no es la idea.

  Mi experiencia con Rocky me ha enseñado a ser más responsable en todos los aspectos y, estoy segura de que él, a su manera sabe que le agradezco el amor que me transmite diariamente; afecto que yo también se lo retribuyo, porque amarlo es un auténtico placer y su presencia me llena de felicidad en mi día a día.

  En la urbanización donde vivo siempre llegan animales en situación de calle. Algunos son pequeñitos, otros no y, hemos pensado que los pequeños suelen dejarlos en la plaza, porque las gatas que tienen dos vecinos, están esterilizadas, por lo tanto, las probabilidades de que estas queden embarazadas de los gatos que tenemos cuatro vecinos, son nulas.

  Debido a la constante presencia de estos felinos en situación de calle, algunos vecinos nos organizamos para darles alimentos y, cuando llegan, llamamos a una fundación muy reconocida en la ciudad para que los busque. Cabe destacar que, esta búsqueda no es inmediata, ya que, ellos en caso de no tener espacio, prefieren buscarle un hogar y, mientras lo ubican, los gatos se mantienen en la urbanización.

  Gracias a esta acción he logrado ver que varios gatitos, e incluso, un perrito encontraron un hogar donde iban a tener un estilo de vida saludable y, esta experiencia ha sido muy encantadora, porque cuando se los llevan, siento la tranquilidad de que alguien no los va a lastimar o, entre ellos mismos agredirse, ya que las peleas no faltan en su día a día.

  Además de las acciones anteriormente mencionadas, también le he llevado alimento a unos perros que he visto en las adyacencias del mercado municipal de la ciudad y, para potencializar mi granito de arena, aviso a la fundación. A veces han rescatado a algunos de ellos, pero otras no por tema de logística y presupuesto; lo cual se entiende, porque son muchos caninos.

  En mi infancia visité muchas veces varios zoológicos que hay en el país y, por lo que me cuentan o veo en las fotografías de mi niñez, me encantaba. De hecho, en mi familia existe el chiste interno de que mis primos y yo teníamos acciones en el parque zoológico botánico Baradida, porque casi todos los fines de semana nos llevaban.

  Actualmente, mi postura hacia el zoológico es totalmente adversa a la que pude tener en mi infancia, porque no me gusta visitar esos lugares. De hecho, tengo años que no voy y, mi negatividad de frecuentar esos sitios se debe a que, para mí, tener en cautiverio a esos animales no es correcto, ya que, por más que le acondicionen un entorno, siguen estando encerrados y, ellos no nacieron para eso.

  Soy consciente de que un zoológico es una alternativa para conocer cierta especie animal, pero que sea a costa de su libertad, me parece cruel. Para mí no es divertido fotografiarme con un animalito que quiere correr y estar en su hábitat real, pero no lo puede hacer por el cautiverio que tiene. Por ello, prefiero evitar esos lugares, ya que, de diversión, no tienen nada.

  Haciendo referencia a la caza furtiva, me parece que es el acto más perverso del hombre hacia los animales. Esta acción tan abominable ha evidenciado el poco valor que el humano le da a la vida y, particularmente, esto me ha llevado a reflexionar mucho, porque atreverse a asesinar un animalito por diversión o para lucrar, es muy duro de asimilar o entender.