Un día en mi plato Diarios de chicas que se quedan en casa en Pakistán

La mañana siempre ha sido mi hora favorita. Suelo despertarme a las 7 de la mañana. En cuanto me despierto, primero voy al baño para refrescarme un poco, luego me lavo la cara y me aplico una crema hidratante ligera para mantener la piel hidratada.

Después, abro la ventana de mi habitación para que entre el aire fresco y la luz. Después, hago la cama como es debido; me gusta mucho un lugar limpio y ordenado. Después, doy gracias a Dios un rato por tener otra nueva mañana.

Una vez más, es el turno de mi actividad favorita: ¡preparar té!
Preparo té con mis propias manos y hoy les comparto mi sencilla receta de té:

Método de preparación del té (Mi propia receta):

• Tome una tetera pequeña con hojas.

• Añada media taza de agua y media taza de leche.

• Añada una cucharada de hojas de té (prefiero Tapal o Vital).

• Añade 1 cucharada de azúcar (si te gusta más dulce, 1,5 cucharadas también está bien).

• Un poco de jengibre (yo rallo un trocito de jengibre y lo añado; duplica el sabor del té).

• Mezcla todo bien y cocina a fuego lento durante 5-6 minutos.

• Cuando el té se oscurezca y la leche hierva, sácalo a una taza con ayuda de un colador.

Una vez listo el té, lo tomo en mi taza favorita y luego voy al balcón, me siento al sol y lo bebo. En ese momento soy solo yo: sin ruidos ni prisas. Solo yo, mi té y un poco de paz.

Si el té viene con galletas, se disfruta aún más. A veces también tomo bollos o zumo. Durante ese tiempo no uso el móvil, simplemente relajo la mente o a veces escribo algo en mi diario.

Esta es mi pequeña rutina matutina que me alegra el día. Pequeñas cosas, pero que tienen un gran impacto.

¿Qué comí durante el día? – Algo divertido

Después del té de la mañana, mi día transcurre con calma. A veces estoy tan ocupado que no tengo tiempo para almorzar bien, pero aun así como algo. Hoy fue un día ligero y disfruté de algunas cosas sencillas pero divertidas.

● Por la tarde:
La tarde fue un poco floja. No me gusta comer mucho, así que tomé arroz en un plato que me sobró de la noche anterior. También comí dal caliente y un poco de ensalada. Fue una comida sencilla, pero caliente y sabrosa. La comida de la tarde fue solo para llenar el estómago; no tenía ningún antojo en particular.

● Por la noche:
Al anochecer, tenía un poco de hambre. También estaba cansado del día, así que decidí comer algo ligero y crujiente.

– Papas fritas en aceite (es decir, galletas):
Me gustan mucho estas patatas fritas. Ligeramente picante y crujiente: cuando ves la tele o te sientas entre horas de trabajo, su sabor se duplica. Un poco de sal, un poco de chile y textura crujiente: una combinación perfecta. Me comí un tazón pequeño, pero la verdad es que me apetecía más. Pero me controlé.

● Rituales nocturnos:
Caía la noche y estaba ocupada con mi trabajo cuando mi vecina llamó a la puerta. Es una tía muy dulce y cariñosa; su sonrisa siempre me alegra el corazón. Hoy me envió un trozo de brownie de chocolate.

– ¡El sabor del brownie estaba increíble!
Suave, húmedo y un poco caliente, como recién salido del horno. Además, tenía un toque de chocolate derretido que hacía que cada bocado fuera aún más especial. Soy amante del chocolate, pero cuando algo viene de las manos amorosas de alguien, su sabor se intensifica aún más.

Pienso en lo bien que se siente cuando cuidamos un poco a los demás. Esa pequeña dulzura, ese pequeño gesto, me alegra el día. Mi tía vecina es muy dulce; a veces, estas personas se convierten en una parte muy hermosa de la vida, cuyos pequeños actos de bondad conmueven el corazón.

Hoy pasé el día con comida ligera, pero había consuelo o amor en todo, ya fuera el té que preparé o las rebanadas de brownie que me envió mi tía. Me gustan esos días donde todo es sencillo, pero siento que la vida transcurre a su propio ritmo, con amor.

Última parte de la noche: tareas del hogar, un poco de lectura y un pulao de manos de Amma

Después de la merienda y los dulces, descansé un poco. Es después del Maghrib que recuerdo algunas tareas del hogar, como mantener todo en orden, doblar la ropa o, a veces, incluso limpiar el suelo.

Hoy también terminé algunas tareas del hogar. Primero limpié un poco la cocina y lavé los platos que sobraron del trabajo del día. Me da mucha paz ver una cocina limpia. Luego revisé un poco mi armario: había algunos papeles que tenía que doblar, algunos papeles viejos que tenía que guardar. Las pequeñas tareas del hogar siempre llevan tiempo, pero también dan una sensación de alivio cuando todo está limpio y ordenado.

Después de esto, decidí dedicarme también a estudiar. Abrí el portátil y revisé mis apuntes. El tema de hoy era un poco difícil, pero intenté concentrarme en él durante al menos una hora. Estudiar sin duda parece difícil, pero cuando la mente está un poco despejada, los conceptos se entienden fácilmente. Adopté una forma de anotar los puntos importantes con bolígrafo y diario para que fuera fácil repasarlos después.

Al anochecer, después de estudiar, sentí un poco de hambre. Entonces, un olor muy dulce llegó de la cocina: ¡Amma había preparado pulao hoy!

Comida para la noche – Pulao caliente de las manos de Amma:

Las manos de Amma son mágicas. Cada cosa tiene un placer diferente. El pulao es mi favorito, pero cuando está fresco, caliente y hecho por las manos de Amma, ¡qué más puedo decir!

• El arroz estaba perfectamente cocinado, ni demasiado blando ni demasiado duro.

• Tenía sabor a verduras, pero también un ligero toque a pollo: un sabor equilibrado.

• Amma le había echado un poco de masala caliente por encima, lo que lo hacía aún más intenso.

• Cuando di el primer bocado a la raita, mi corazón se llenó de alegría.

Como cada bocado con comodidad, disfruto cada mordisco, porque esta comida no solo llena el estómago, sino también el corazón.

Después de cenar, me senté junto a Amma y charlé un rato con ella. Este momento también es muy importante para mí: cuando simplemente hablamos, sin tensión. Amma también me enseñó una pequeña oración hoy, que pienso usar todas las noches antes de dormir.

Días como estos —donde la mañana empieza con el té, el día entero se pasa haciendo pequeñas cosas y la noche termina con la comida de las manos de mi madre— son muy valiosos para mí. Sin ruidos, sin salidas elegantes, solo la paz del hogar, el amor de mis seres queridos y mi sencilla rutina.

@steemchiller
@cotina